El odio,
es el arma más fuerte de los solitarios.
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Soy una vieja máquina de hacer el amor
que espera con ansias
a ser encendido por tus caricias.
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Tu piel,
el abismo perfecto
para los suicidas.
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Cuídate del que odia en silencio
del que no teme a la muerte
del que habla poco e ignora a la gente.
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Cuídate de los que cumple la ley
y creen en la justicia
cuídate de los que no tienen sueños
de aquellos que no viven por un mañana.
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Cuídate de aquellos que odian desde el alma
y se olvidan de la carne
cuídate de ser humano
y de sus promesas.
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Cuídate de mí, de ti, de nosotros.
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Ódiame por haber regalado al gato
por haberte llamado puta
en alguna de mis historias
por llegar a enterarte
de esta manera
que te fui infiel.
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Has de tu odio
un arma
y destrúyeme
como tú normalmente lo sabes hacer
vendiendo mis libros
eliminando mis poemas
ocultando mis cigarrillos
o leyendo en voz alta
libros de amor y esperanza.
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Ódiame
por no decirte lo mucho que te amaba
cuando llorabas
por borrar tu sonrisa
aquel 25 de diciembre
ódiame de todas las formas posibles
que existan
pero no me ames.
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Autor: Christian Yánez
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