De no haber creído que era viernes

De no haber creído que era viernes

UN VIERNES QUE DEBÍ BORRAR DEL

CALENDARIO

Tal vez a muchos de ustedes le habrá pasado que se
levantan una mañana y no saben ni qué
día de la semana es ni la fecha, en una ocasión uno de mis sobrinos varones me
llamó, disculpándose de antemano por la molestia para pedirme que le dijera la fecha
actual, con mucha comprensión le informé, tenía suscripción a uno de los
diarios más importantes del país, me bastaba mirar la primera página del diario
para saber la fecha, se volvió una molestia recibir el periódico a diario, no
tenía tiempo, se formaban arrumes de periódico sin leer, solía ofrecerlo a las
personas que se dedicaban al reciclaje, ellos me comunicaban que no pagaban
casi nada por el kilo de periódico y ni siquiera regalado lo aceptaban, sumado
a eso las empresas recolectoras cobran por kilogramo, así que se aumentaba la
tarifa de servicio de aseo, veía a diario la primera y la última emisión de
noticias en televisión, solía revisar algunas noticias de interés por internet,
sólo el fin de semana tenía tiempo, así que un día decidí cambiar la
suscripción para recibir el periódico solo el fin de semana.

Tengo un computador de escritorio, cuando lo
enciendo puedo ver la fecha actualizada con el sólo hecho de hacer click, sobre
el ícono del reloj que aparece en la esquina inferior derecha de la pantalla: el día de la semana, seguido de una coma, del
día de mes en números, del mes del año en letras y del año en números, pero hay
días en que no tengo tiempo y no enciendo el computador; tengo un calendario de
escritorio y actualmente veo la fecha en el teléfono celular, desafortunadamente, debía
llevar el celular a reparación de fabricación
china, que había comprado
hace cinco meses y había llevado
tres veces a reparar, cuando se descargaba por completo, le conectaba el
cargador, aparecía en la pantalla una imagen de la batería pero pasaban horas
interminables y no cargaba.

Recientemente había salido de viaje, una semana
antes lo hice revisar, no quería que fallara ya que debía mantenerme en
contacto con mi familia, además quería aprovechar y tomar fotografías, el
celular tiene una excelente cámara fotográfica, además lleve un celular de baja
gama que me obsequió mi madre para un cumpleaños, hace un lustro, me encontraba
sin celular por causa de la inseguridad, ella no quería que estuviera
incomunicada, me dejó elegir, pagaría
con su tarjeta de crédito, pensé en que no debía abusar de su generosidad, así
que elegí el más económico, un celular de baja gama pero de
alta fidelidad, nunca ha fallado, el celular de alta gama lo adquirí para
actualizarme, comunicarme a través de Whats App, compartir fotos y vídeos,
revisar las redes sociales y leer el correo, entre otros.

Una semana atrás recibí la llamada de una colega, me
informaba que se celebraría una Eucaristía por el eterno descanso de la señora
madre de un superior nuestro, ni
siquiera me había enterado de su fallecimiento y no había tenido la oportunidad
de presentarle mis condolencias, ella me informó la fecha, la hora y el lugar, precisamente,
la Eucaristía sería ocho días después del día en que recibí la llamada, ¡anótalo para que no lo olvides!, me
recomendó, hice el registro de ese evento en la agenda física como asunto
importante, no debía fallar, consideraba
un deber asistir.

Tenía tantos asuntos pendientes esa semana, había
comenzado el último mes del año, por esa manía que tienen las personas de
agendar una cita y no cumplir, debes aplazar algunos compromisos, el viernes
tenía una cita con un proveedor para aclarar las cuentas, había pasado los
últimos días de la semana anterior enclaustrada en mi oficina revisando las
cuentas y preparando la nómina de fin de año, había que pagar las primas a los
empleados, al verificar que había una inconformidad en una cuenta,
específicamente de nuestro principal proveedor, él no se presentó a la hora
acordada, por esperarlo, aplacé para el día siguiente llevar el celular a
revisar, actualmente el celular es una herramienta, una colega me envío por
Whats App, la dirección del lugar en donde se llevaría a cabo un seminario,
como anote en la agenda del celular algunos de los contactos recientes y no actualicé
esos registros en un directorio físico o en un archivo en el computador, si por alguna
razón pierdo el celular o falla, no fue posible comunicarme para obtener la
dirección, no asistí al seminario ni pude excusarme, me habían enviado por
Whats App un registro con el código para cobrar un giro que me habían enviado
del exterior, debía esperar a que la persona que envió el giro se comunicara
porque tampoco tenía su número para que me confirmara el código, así que aplacé
el cobro del giro para el siguiente día hábil, decidí ir a la Parroquia y hacer
oración, además debía reclamar los medicamentos que le habían recetado a mi
madre en la Entidad Promotora de Salud EPS pero no estaban incluidos en el Plan Obligatorio de Salud
POS, debía autorizarlos, habían pasado 10 días hábiles estipulados por la EPS,
llamé me informaron sobre la dirección en dónde debía recogerlos y el horario
de atención.

Estaba algo contrariada porque estaba incomunicada,
muy pocas personas tenían mi otro número celular, tenía pendiente algunos
asuntos notariales pero debía esperar hasta el próximo día hábil, el sábado
asistí a una reunión de fin de año de una Org de Derechos Humanos con la que estaba
relacionada, una cena en un restaurante ubicado en un Hotel cinco Estrellas,
entre otras de sus actividades, defendían de los derechos de los inmigrantes, la
encargada de protocolo la conocía, quería emparejarla y sentó a un refugiado
palestino en una silla junto a ella, era un pesado, se había pasado de tragos;
esa noche no durmió bien, en una empresa que funcionaba junto a su lugar de
residencia, hicieron una fiesta de despedida de fin de año para los empleados
que se extendió hasta la madrugada, el sonido era bestial, además programaron
música norteña a la madrugada, había escuchado decir que en Suramérica, la
clase baja se cree mexicana, la clase media, norteamericana y la clase alta se cree
europea, había pensado en hacer una reunión para la planta de personal, algo
más sobrio.

Como no había tenido tiempo de asistir a la Novena
de Aguinaldos, aprovecharía después de hacer las compras de última hora en un
centro comercial cerca a su lugar de residencia, se encontró a un amigo, un
homosexual que administraba una de las sucursales de una cadena de almacenes de
papelería y misceláneos que pertenecía a su cuñado, él había trabajado allí los
últimos cinco años, de domingo a domingo, de 9.00 a.m. a 9.00 p.m., sólo
descansaba los días festivos, jueves y viernes Santos, le manifestó su
inconformidad, él había dado lo mejor de sí mismo, era un historiador que había
dejado su carrera como docente universitario, él admiraba a su cuñado por ese
motivo se esforzaba, él le había pedido que presentara la renuncia a su cargo, al
parecer las cifras de ventas demostraban una baja considerable, sumado a ello
por esos días una mujer había llegado al almacén preguntando por una bolsa para
empacar un regalo de medidas 43.75 cm. de ancho por 49.25 de largo, una de las
vendedoras consultó en el computador y le dijo, no tenemos una referencia con
esas medidas específicas, recibió un mensaje a su celular y se distrajo no la
atendió ni le dio otras opciones, él se había concentrado en la decoración de
la vitrina que siempre era la más espectacular en el centro comercial,
precisamente su cuñado solía llegar de sorpresa y visitaba cada una de las
sucursales de su negocio en cualquier momento, la señora pidió hablar con el
administrador, él la atendió y le sugirió una bolsa de 45 cm. por 50 cm., la
señora insistía en las medidas específicas, así que le sugirió que si el regalo
que iba a empacar tenía esas medidas, comprara papel regalo y allí le prestaban
el servicio de empaque de regalos, había personal capacitado para ello, había
una fila enorme, como ella no había comprado el regalo en el almacén, debía
pagarlo, había una fila enorme en la caja, la vendedora seguía en el celular y
no le mostraba el papel para que ella escogiera uno a su gusto, ella no buscó
otra asesora, si no que salió molesta, lo cual le dolió porque si había alguien
que se desvivía por los clientes era él y eso le costaba a ella, se hicieron
amigos, precisamente en una ocasión en que fue allí a tomar una copia a un
documento y olvidó el original, él lo guardó esperando que ella regresara, una
semana después fue al almacén con la esperanza de rescatar el documento y allí
lo encontró, así que trabajaría hasta que terminara la temporada, vivía en un
apartamento cerca del centro comercial, su única compañía era Zhoé, un gato persa
de color gris y como estaba deprimido quiso compensarse auto regalándose uno de
sus caprichos, un micro pig, hizo todas las averiguaciones posibles hasta
encontrar en el país a alguien que importaba las mascotas desde Vietnam, ¡le
cobró una fortuna!, a él, eso lo llenaba y mitigaba en parte su desconsuelo, lo
acompañó a darle la bienvenida a casa a su espectacular mascota, le ayudó a
tomarle fotos y le hicieron un vídeo para compartirlo en las redes sociales,
además querían escogerle el nombre que más se adecuara a su personalidad.

El próximo día hábil llegó, leí el horóscopo,
Mercurio estaba haciendo una cuadratura en mi signo zodiacal, esa semana no
estaba bien aspectada para los negocios, era mejor aplazar los asuntos del
corazón para el próximo año, por las festividades de navidad y año nuevo,
probablemente los sentimientos estarían a flor de piel, era mejor mantener los
pies en la tierra, estaba demasiado estresada por los pendientes, me preparaba
para salir cuando se presentó el proveedor para aclarar las cuentas, lo cual
nos tomó la tarde entera por causa de la desorganización de su compañía, el
proveedor era un señor de la tercera edad, se excusó por la desorganización de
su compañía y me felicitó por la organización, le sugerí que contratara personal
para el área administrativa, me habló de su vida, él trabajaba aún con la
esperanza de que alguno de sus hijos se hiciera cargo del negocio, con su
trabajo y esfuerzo pagó sus carreras profesionales: sus hijos estudiaron medicina, ingeniería de sistemas y veterinaria, de pronto el ingeniero podía
colaborarle en el negocio pero tenía sus
propios intereses, las profesiones que
eligieron los otros no eran afines con el negocio de su padre, le colaboraba un
sobrino, no era profesional y no estaba capacitado para colaborarle en el área
administrativa, era muy joven, además,
su tío le había delegado demasiadas responsabilidades y lo había dejado solo, y
de ello se lamentaba el viejo, la culpa del desorden en el área administrativa
y financiera en su compañía recaía sobre sus hombros, de pronto comprendía a los
hijos de aquel hombre, cuando trabajas en el negocio familiar, te olvidas de
tus propios intereses, ¡pasan a un segundo plano!, además, por lo menos en mi
caso, es difícil romper paradigmas, mi madre tiene su forma de manejar su
negocio, no acepta sugerencias, a pesar que en múltiples oportunidades le he
demostrado la importancia de llevar la contabilidad, de mantener al día la
documentación, de hacer una selección del personal, verificar sus referencias,
de no mezclar los asuntos familiares y profesionales, entre otros, así que tuve que aplazar para el día
siguiente los pendientes, no había reclamado los medicamentos, pedí al
mensajero que a primera hora pasara a recogerlos, le hice una autorización,
pasó el día entero en esa gestión.

Había adquirido un compromiso ineludible para el
viernes, el día siguiente debía organizar la documentación que requería y me
concentré en ello, el compromiso requería de mi mayor atención, por eso no
quería hacer más compromisos para ese día, el día siguiente me preparaba para
salir, asistiría a la Eucaristía, no sé si miré el calendario, sólo revisé mi
agenda, una de las personas con las que tenía el compromiso para el día viernes
se presentó, pasaba cerca, pasó a saludar, me recordó el compromiso que
teníamos.

Faltaba una hora para la hora de la Eucaristía debía
trasladarme a 110 calles de mi lugar de residencia como no debía faltar y la
ruta que me servía tardaba en pasar tomé un taxi, el mensajero me llamó para
informarme que en la farmacia le exigían un código y debía llamar a un número y
solicitarlo, le pregunté ¿si acaso se le dificultaba marcar a ese número y
solicitar el código?, ya que él tenía el formato de autorización expedido por
la EPS en sus manos, el trancón era insoportable, los taxistas por lo general hablan de
diversos temas, por lo menos en mi ciudad, empezamos hablando del tema de la
movilidad, el alcalde electo se posicionaría el próximo 1º de Enero, hablamos
de la construcción del metro para la ciudad, luego hablamos de la corrupción
administrativa, del desfalco al erario público, de la cultura ciudadana, los
vándalos tenían dañadas todas las fachadas de las edificaciones de la ciudad,
los monumentos públicos, los puentes vehiculares y peatonales, las estaciones
del sistema de transporte masivo, entre otros, hablamos de lo rápido que se estaba pasando el
tiempo, en pocos días terminaba el año,
creo que expresó, ¡ya estamos a mitad de semana, la próxima semana es navidad!,
llegué cinco minutos después de que inició la ceremonia religiosa, al terminar
la Eucaristía saludé a los dolientes y a algunos amigos, conversé un rato con
ellos, a la mayoría nos los veía desde hacía un lustro, pensé qué rápido de verdad pasaba el tiempo.

Volver a casa aquel día me tomó dos horas y media,
el trancón fue monumental, debí hacer tres trasbordos, llegué tan cansada, lo
peor es que tenía aplazados asuntos de suma importancia, las gestiones
bancarias y los asuntos notariales, si era miércoles, sólo me quedaba el día
jueves para hacerlo, precisamente, mi gata tenía cita en la veterinaria, aplacé
la cita en la veterinaria porque lo otros asuntos tenían prioridad, el día
siguiente debía recoger el celular, no estaba listo, por eso no podía obtener
el código del giro, debía esperar a que me llamara la persona que envío el
giro, decidí atender los asuntos notariales, advertí que la muerte se presenta
de forma inesperada y que es mejor dejar todo organizado, ¡que no nos tome por
sorpresa!, hice un testamento y debía organizar la documentación necesaria para
el compromiso del día siguiente, la persona que envío el giro llamó y obtuve el
código, recordó que yo le había enviado el otro número celular antes de salir de viaje.

Como me reuniría con personas importantes me preparé
para la reunión, pensé en el vestido que llevaría puesto, los zapatos, los
accesorios, en el maquillaje, el manicure, el peinado, quería lucir sobria y
elegante, debía proyectar una imagen profesional, me reuniría con los miembros
de una Org, sus intereses eran afines a uno de mis intereses, ellos se
financiaban a través del recaudo de recursos públicos, un porcentaje de esos
recursos, se distribuiría entre los asociados,
habían estipulado en los Estatutos que aseguraba a cada asociado el pago
del salario mínimo vital, como estaba acostumbrada a que todo estuviera muy
claro, solicitó que se revisaran los Estatutos porque debía quedar claro que
los asociados no tenían vínculo laboral con la asociación y debía crearse una
nueva figura para distribuir esos recursos, uno de los miembros de la
Asociación había propuesto mi perfil
profesional para encargarme de la Dirección, estuve tan tensionada el día
entero, debía estar muy concentrada para la hora de la reunión, ni siquiera pude
almorzar, llegó la hora, esperaba con impaciencia que se presentaran las
personas con quienes me reuniría, pasaron quince minutos, el tiempo siempre es
largo para quien espera, pensé que de pronto por el tráfico estaban retrasados,
yo había dispuesto hasta el último detalle, pasaron treinta minutos, comencé a
impacientarme, pensé ¿y si pasó algo, no
pueden comunicarse porque sólo tienen el número celular del teléfono que está
en revisión?, pasaron cuarenta y cinco minutos, estaba tan impaciente, hasta me
pareció que alguien tocaba la puerta, salí para cerciorarme, pasó una hora, ni
siquiera había comido algo, pasaron dos horas y desde luego pensé que las
personas con las que me había quedado de reunir habían fallado, no quedaba más
que esperar, sólo eso, agendar una nueva cita.

Estaba tan estresada, me dolía la cabeza, pensé que
como era tarde, lo mejor era acostarme, ni siquiera vi la última emisión del
noticiero, pensaba que el día siguiente era sábado, recogería el celular y
alcanzaba a ir al banco, el lunes siguiente llevaría a mi gata a su cita con el
veterinario, pero la razón del desasosiego que me aquejaba era otra, entre las
personas con las que me reuniría había alguien, un poeta, un hombre atractivo,
lo había conocido dos lustros atrás pero sólo recientemente nos habíamos puesto
en contacto, precisamente en razón a la Org que él y sus amigos habían fundado,
estaba acéfala, él confiaba en mis
capacidades , un amigo en común le había recomendado mi perfil porque sabía que
había gerenciado una compañía, tenía una amplia formación académica y además
experiencia, él y yo teníamos intereses comunes, muchas cosas en común, amigos
en común, los últimos días habíamos conversado horas interminables sobre
asuntos trascendentales, él me había mirado fijamente a los ojos, me había
visto en su ojos, solía leerme su poemas, su voz me traspasaba la piel, era algo extraño, por
alguna razón sentía que él me había fallado, como pensaba que era viernes, lo
más probable era que la reunión se aplazara por mucho tiempo, la próxima semana
sería navidad, por las festividades de navidad y año nuevo, la mayoría de
personas tienen reuniones familiares o
viajan y una serie de compromisos, hasta después de la fiesta de los Reyes
Magos todo se normaliza, así que pasaría un mes o más para coordinar una
reunión de la Org, por mi mente pasaban como ráfagas los últimos encuentros,
las conversaciones, su mirada.

No dormí bien, tardé en conciliar el sueño, el día
siguiente me levanté a eso de las diez de la mañana creyendo que era sábado, mi
madre no me llamó, pensó que había estado trabajando mucho últimamente y era
mejor que descansara un poco, no tenía energía, estaba deprimida, había sido
una semana extraña en la que me había preparado para el viernes, estaba
incomunicada y de repente pensaba en alguien, un sentimiento que no
experimentaba hace dos lustros, hasta me reprochaba sentir lo que estaba sintiendo, mi hermana
había quedado en hacer entrega de un pedido para el viernes, lo cual me
extrañó, ella lo dejó listo desde el martes en la tarde, además, el cliente
había quedado de pasar a primera hora a recoger el pedido pero no pasó, temía
que el producto se dañara, no tenía el número celular de ella porque lo tenía
en el celular que estaba en revisión, recientemente había cambiado su número
por que le habían hurtado el celular, su esposo había olvidado cancelar la
factura de su celular, no pude comunicarme, quería que me indicara al menos si
colocaba el pedido en el refrigerador, pensaba que debía estar más calmada,
cada día traía su afán, pensé que si algo me convenía surgiría con naturalidad
como debe surgir una relación entre dos personas, encendí el televisor, advertí
que la programación que estaban presentando era la habitual de lunes a viernes,
¡era viernes!,¡por Dios!, no sé si me
alegré o no, lo cierto es que aplacé las gestiones bancarias, no recogí el
celular, no fui a la Novena de Aguinaldos que había asistido a una fundación
a la cual había sido invitada, habían recaudado regalos para los hijos de los
huérfanos, víctimas de desplazamiento forzado y el conflicto armado, no llevé a
mi gata a su cita con el veterinario, aplacé todos los pendientes, me estresé, ¡todo porque había pensado que el
día anterior era viernes!, y además, tendría que vivir otro día de estrés para
prepararme para el compromiso adquirido, de nuevo debía prepararme para a lucir
un look sobrio y elegante, escoger el vestido apropiado, los zapatos, los
accesorios, el peinado, revisar la documentación, ¿y si iba al banco y por el
trancón no llegaba puntual?, ¿y si iba a recoger el celular y se me hacía tarde?,
yo sólo quería concentrarme en esa reunión, mi hermana llegó, expresó su
inconformidad, un cliente había hecho el pedido para el miércoles, luego llamó
y aplazó el pedido para el viernes, no sólo eso, además informó que requería
menor volumen de productos, el proveedor de parte de la materia prima no
aceptaba devoluciones, era necesario comercializar parte de la materia prima, desarrollar la creatividad para utilizarla en
otros productos, o en últimas consumirla o perderla, sumado a eso el cliente había quedado en
recoger el pedido y luego había llamado para que hiciera la entrega en su domicilio,
lo cual generaba gastos por concepto de
transporte con los que no se contaba, cuando se le hiso la entrega, no canceló el
total de la factura, solo el cincuenta por ciento y dejó el pago del saldo a
treinta días, la comprendí, hasta me comentó que estaba tan estresada porque a primera hora
había hablado con su esposo, le había preguntado algo, ella le contestó, él le
preguntó, ¿eres consciente de lo que estás diciendo? y de repente había
olvidado de qué estaba hablando con su esposo, de veras la comprendí, la alenté
a tranquilizarse y le recomendé que no se estresara, estuvo en la mañana,
almorzó deprisa y salió para comprar materia prima, aunque su esposo estaba
encargado del área de compras, había tenido mucho trabajo por la temporada,
como me levanté tarde se me pasó la mañana volando, ni siquiera me había
duchado ni vestido, mi madre me recomendó que almorzara temprano porque una de
las empleadas del área de producción que llevaba cinco meses con la compañía, saldría
de vacaciones porque era de la costa norte
del país y acostumbraba pasar las festividades de navidad y año nuevo con su
familia, le pregunté si acaso había
contratado personal para reemplazarla, ella me respondió que la reemplazaría
una antigua empleada que había sido desleal con la compañía, había extendido
falsos rumores sobre la calidad de los productos, se había asociado con sus
hijas para hacernos competencia y se había llevado muchos de nuestros clientes,
la empleada de la sala de ventas se la
pasaba pegada al celular, ella les había
ordenado que en horas de la tarde hicieran
una brigada de aseo en el área de producción y en la sala de exhibición y
ventas, las empleadas habían comprado licor y habían programado música para
dedicarse a esa tarea que le tomaría la tarde entera.

Mi madre había olvidado informarme que uno de los
proveedores había enviado una mercancía, la recibió, nadie la revisó, incluso
el empaque estaba averiado, habían tardado más de lo acordado en la entrega,
había tenido que contactar otro proveedor que me hizo una entrega inmediata,
revisé la mercancía, no correspondía a los requerimientos acordados con el
proveedor, además le había dicho a mi madre que rompería relaciones comerciales
con ellos por su incumplimiento, ella me informó que pensaba pagarles los antes
posible las facturas pendientes, lo cual me ofusco sobremanera, como era
navidad no quería tener conflictos con ella, no le pregunté qué destino le dio
al dinero que se había asignado para el pago de esas facturas pero tenía el
presentimiento que se lo había dado a una hermana que estaba desempleada, como
tenía el número del proveedor en mi celular que estaba en revisión le pregunté
a mi hermana si tenía el número del proveedor, ella misma marcó el número cuando le contestaron me pasó la llamada, me respondió una mujer,
ella era la distribuidora, el error era directamente del productor, le pedí que
recogiera el producto para hacer devolución, me informó que una de las
políticas de su compañía era que no aceptaba devoluciones, debía hacer un
pedido de una mercancía del mismo valor, ella no tenía tiempo porque salía de
vacaciones, debía llevar el producto hasta el lugar donde tenía ubicada su
compañía que era distante, ella me
dejaría las indicaciones: lugar, horario de atención e instructivo para hacer
la devolución, estaba tan ofuscada que decidí no continuar la conversación, mi
hermana sólo me miro e hizo un gesto de
¡al parecer que no hay nada más que hacer!, decidí callar porque he
aprendido a tomar decisiones con calma, respiraba con dificultad, pensé que nuestra política era el cliente
siempre tiene la razón y la satisfacción de las necesidades del cliente.

Almorcé sola en la sala de juntas, ni siquiera tenía
apetito pero mi madre se molestaba si no lo hacía, me reprochaba que tomara un
café en la mañana y no desayunara o no comiera a horas, después de almorzar me
sentía indispuesta, así que reuní energía para prepararme para la reunión, pensaba en él, la tarde se me hizo eterna, me
parecía que el reloj no se movía, creí que estaba averiado, miraba la hora en
el computador y en el televisor, quería asegurarme de que era
viernes, quince minutos antes de la hora acordada, llegó él, el poeta, me dijo me adelanté un
poco y de veras me alegró que lo hiciera, teníamos quince minutos para
conversar a solas, sonrió con su sonrisa perfecta, le entregué la documentación,
apenas la revisó, quería leerme su poemas, lo escuché con atención, los demás
no se presentaron ni presentaron excusas, él era el encargado de recoger la
documentación, conversamos de temas trascendentales, me leyó sus poemas, el
tiempo pasó volando, no dejaba de mirarme con su mirada profunda que parecía
penetrarme y sonreía con su sonrisa perfecta como de comercial de dentífrico
hasta que recibió una llamada de una
mujer a la que le hablaba en tono meloso, acordaron un encuentro, ¡qué tontería
pensé!, ¿por qué razón imaginé que él no tenía una relación?, ¡después de todo
era un hombre interesante y atractivo!, me pregunté ¿por qué razón me miraba
con sus ojos fijos?, ¿por qué razón me
miraba en sus ojos y su mirada penetraba mi ser entero?, ¡qué tontería!, él se
despidió con algo de afán, aquella mujer lo esperaría en su apartamento, ya ni
siquiera me interesaba formar parte de esa Org, ¡nada me importaba!, ¡ni
siquiera el hecho de que me había informado que
pondría mi perfil profesional a consideración de la Asamblea de Socios
de la Org para que estuviera a cargo de la Dirección y me habló de la
asignación salarial para el cargo que tenía siete ceros a la derecha!, creo que
ni siquiera revisó la documentación, la guardó en su portafolios y me hiso
algunas recomendaciones, ¡el cambió por completo después de recibir esa llamada!,
espere con ansiedad ese viernes, aplacé
otros compromisos, me estresé, ¡hasta me adelanté un día para nada!, ¡hubiera
deseado saltarme ese viernes!, ¡borrarlo de mi calendario!, ¡una extraña herida
me había atravesado en mitad del pecho!.

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