NADA ES LO QUE PARECE

NADA ES LO QUE PARECE

Ruth Chavez

25/02/2023

Jueves 20 de agosto

Hora: 6:00 pm

La maestra se pone en su camino y le da la mala noticia, «tu madre está en el hospital muy grave» Samanta todo preocupada no dudó dos veces en ir hacia el hospital a ver a su
madre, en cuanto llega choca con un doctor por ir corriendo, en eso el doctor
le ve que su maquillaje se corrió de tanto llorar así que le ofrece un pañuelo
preguntándole a quien busca (para que le de referencia) Samanta agradeció el
gesto y le responde a mi madre, le da los detalles y el mismo le lleva hasta el
cuarto ya que él era el doctor que le estaba atendiendo y le dice:

– Tu madre recibió un disparo
en el abdomen y la trajeron de emergencia al hospital por el momento está
estable, pero está muy delicada ya que perdió mucha sangre, diciendo eso el
doctor se retira y Samanta en ese instante se arrepiente de cómo reacciono con
su madre, que si tal vez hubiera hablado con ella, si se hubiera quedado en la
casa, nada de esto estaría pasando, no dejaba de echarse la culpa, para
empeorar las cosas llega Martha y Samanta se levanta y sale de la habitación, diciéndole toda exaltada que se vaya, que
no la quiere ver ahí, toda la culpa que tenía le pasa a echar a Martha diciendo: 

– Tú tienes la
culpa de todo desde que apareciste en mi vida lo único que tengo es problemas,
mira, mira lo que hiciste, mi madre está ahí postrada en esa cama debatiéndose
entre la vida y la muerte. Ocasionando un alboroto que las enfermeras tuvieron
que intervenir, en eso llega el doctor diciendo: 

– Por favor cálmense, este es
un hospital, cualquier problema que tengan arréglenlo afuera. Samanta antes de
retirarse dice:

– Yo no tengo
nada más que decir a esta señora, a no, si, que se vaya de mi vida, si una vez
lo hizo ahora no debe tener ningún problema en hacerlo de nuevo, ya que se
especializa en abandonar a la gente. Diciendo esas palabras vuelve a entrar al cuarto en el que se encontraba su madre y
se queda con ella cuidándola en todo momento.

Tres meses antes, 18 de junio

Samanta una jovencita muy
linda y dulce, vive sola con su madre hace tres años tras la muerte de su padre, terminó su secundaria con buenas calificaciones y es una excelente
alumna en la universidad, como de costumbre Samanta se fue a su universidad, un
lugar público, pero muy lindo, tiene un patio de recreación, una cafetería que
destaca por sí sola, y dos pabellones el A y el B, junto con una biblioteca, en
cuanto llega saluda a sus amigas Laura y Thalía, se ponen a platicar un momento
antes de entrar a clases, ya que se les hizo costumbre ir temprano todos los
días, para que así tengan tiempo juntas, tal y como lo hacían en la secundaria,
se va acercando la hora de clases, así que entran prestan atención y toman
notas de sus clases como un día común y cualquiera, de esa manera transcurrió
el día. Samanta toma el carro que le deja a una cuadra antes de su casa, cuando
está por llegar toca el timbre del carro para que pare y pueda bajar, cuando ya
está por su último escalón del carro, este arranca antes de tiempo haciendo que
caiga al suelo de golpe lastimándose una rodilla, provocando que deje salir un
quejido de dolor, empieza a recoger sus cosa maldiciendo al conductor y se va
cojeando hasta su casa, cuando estaba a unos pasos de ella, escucha unos gritos
y se percata de que la puerta está semi abierta, lo cual se le hace extraño ya
que su madre cierra bien la puerta en especial cuando se queda sola, porque
hace unos días, volvieron a robar en una casa a plena luz del día, así que
entra toda preocupada y cuando esta por llamar a su madre escucha una voz
extraña diciendo, ella tiene que saber la verdad, tiene que saber que yo soy…

– Buenas tardes, perdón ¿interrumpo algo? Los gritos se escuchan hasta afuera.

– Hija ¿A qué hora llegaste, que escuchaste? 

– Acabo de llegar hace unos minutos ¿Qué pasa madre, porque estás tan nerviosa ¿pasa algo?

– Si (Martha)

– No, claro que no. Interrumpe a Martha la señora que acompaña a María la mamá de Samanta, quien está bien vestida, con un enterizo negro, un peinado recogido haciendo caer solo unos rulos por su rostro muy bonito que hacía juego con su maquillaje y una bolsa de mano que combinaba con sus tacones, a diferencia de María, ella estaba con un polo manchado con puntos que parecían manchas de aderezo, un peinado a medio amarrar una sandalia y un pantalón simple, su rostro tenía algunas manchas de suciedad, lo cual era algo normal ya que María antes de abrir la puerta a Martha se encontraba haciendo los quehaceres de la casa.

– Descuida hija no pasa nada, la señora ya se va, María agarra del brazo a Martha dirigiéndose a la puerta (suena la puerta cerrarse de golpe). 

-¿quién era esa señora? Nunca la había visto. 

– Es… es una amiga del pasado que perdimos comunicación cuando nos mudamos tu eras muy chiquita, es por eso que no la acuerdas. 

– En serio, me hubiera gustado saludarla, parecía que la estabas echando. 

– Claro que no, no digas tonterías, más bien guarda tus cosas, que ya vamos a comer tu plato favorito. 

– Um que rico, tengo tanta suerte de tener una mamá como tu. Antes de irse le da un beso en la mejilla. 

Sube las escaleras en dirección a su cuarto se da un baño y se cambia de ropa, Samanta le cuenta su día a su madre y ella trata de disimular el desagrado que le provocó Martha con su visita con una sonrisa fingida. Terminan de comer, Samanta empieza a recoger los platos agradeciendo por la comida, por otro lado María también agradece diciendo estoy un poco cansada, me iré a recostar, empieza a subir a las escaleras, cuando está por llegar a su cuarto acelera el pasó y en cuanto entra se pone a buscar una carta que tenía como garantía de lo que pasó hace 22 años, mirando la carta y con un suspiró se dice para ella misma, «no dejaré que nadie te aparte de mi lado, tu eres mía y solo mía, hare lo que sea para que eso no cambie». 

Ya había pasado dos semanas de lo sucedido en la casa de María, ella seguía inquieta porque durante ese tiempo Martha seguía visitandola a escondida de Samanta. Su hija se daba cuenta que algo estaba molestando a su madre y decide investigar porque era obvio que su madre no le diría nada, en eso su madre le llama. 

– Samanta ve a comprar unas cosas para el almuerzo, comprate papa, ají amarillo licuado, mayonesa zanahoria y alverjita, haremos causa de pollo. 

-Um que rico, espera ahora voy. Sale a comprar a la tienda que esta a unos pasos de su casa,  una tienda que sus vecinos abrieron hace poco, tiene variedades de productos a buen precio aunque más parece un mini Market, ella espera su turno, mientras lo hace da un recorrido por la tienda, viendo si algo se compra para que vaya picando en eso, por la puerta trasera entra su vecina, esposa del señor que estaba atendiendo, se ven y se saludan. 

– Hola Samanta últimamente no te dejas ver. 

– Buenas tardes vecina, lo que pasa es que he estado en semanas de exámenes. 

– Entiendo, tu como te va en tus clases, me dijiste que estabas estudiando psicología ¿no es asi? 

– Efectivamente, es la carrera que elegí, y me va muy bien, no me arrepiento te estudiar esa carrera. 

– Me alegro que te esté yendo bien. A lo lejos se escucha llamar al vecino que estaba atendiendo. 

– Samanta, ¿hija que te atiendo?

– Buenas tardes vecino. Si me da papa, ají amarillo licuado, mayonesa, zanahoria y alvwrjita. 

– Claro en un momento y cuéntame como está tu madre, ¿sigue mal?

– ¿Como que mal? ¿A que se refiere? 

– Perdón, pensé que sabías, hace unos días tu madre se puso mal con una visita que tuvo, se le subió la presión y la tuvimos que ayudar. Samanta interrumpe preguntándole que visita si es de ese vecindario, si lo conoce. Pero el vecino, Juan (así s como se llama) responde con un no, nunca la había visto, al parecer no es de aquí, ya que se le miraba muy eleganteella agracede por la información, paga la cuenta recoge lo que compró y se va rápidamente a su casa. 

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