Me enamoré de tu alma, y eso es cosa jodida-Lo sabes.


La lluvia que tenue cae sobre los aleros, trae a pedazos tus dulces versos, y el fuego intenso que quema mis labios los colorea de aleluyas.


El bullicio del día que arrastra consigo la locura me lleva intermitente al mar del ostracismo. Puntos suspensivos… El aire se contrae y el corazón dilata. 


La Mirla encantada, que de lo alto baja, no ha dejado de gratificarme con su canto. El hermoso gato blanco que merodeaba por las praderas, hoy se ha hecho visible. Si lo vieras. Lindo, como el perfume sideral, como el pendiente de oro aquilatado adherido en el cetro del ojo pineal enmudecido. 


Pasa el tiempo, y el bagaje de tus poemas, tensó sus cadenas, en el hilo azul de mi destino anudado inclemente, a la madeja roja del amor prohibido. 


Es lento el transcurrir del tiempo, pero pesa como cadena atada a mis tobillos.

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Imagen: Créditos a su creador

Luz Marina Méndez Carrillo/17/082022/ Derechos de autor reservados. 

Obra registrada en Cedro-España/ https://www.cedro.org/

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