Brilla la Luna sobre los abedules.
Tu pelo, que ondula con el viento,
da un toque mágico a la noche.
Y despierto de mi profundo letargo,
del sueño que me tuvo ensimismado y apartado de la realidad,
y renazco hipnotizado en tu mirada,
perdida y fija en la oscuridad,
donde nada es visible,
pues todo permanece oculto.
Te distrae mi despertar,
sabes que eres la causa que lo ha provocado,
y deprecias tu objetivo,
el que mantenías por mor de mi ausencia,
y me miras,
y sonríes.
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