Por aquella carretera
conocían bien el camino
la niña y la bicicleta
aquella orbea colorada
que nunca estaba parada
Por la mañana tenían que madrugar
ir corriendo para Navia
al Liceo a estudiar
luego, por la tarde
en casa había que ayudar
Tocaba ir a San Esteban
volviendo a pasar la variante
antes de llegar a las Cruces
por aquella carretera inclinada
que era algo bien chocante
Aquella niña llevaba
un montón de cartas
dentro de su cartera
cartas ordinarias, también urgentes
en aquellos sobres con sellos y remitentes
Recorría todo el pueblo
iba por todas las casas
empezando en Ca Lebredón
y acabando en Ca Bernaldón
dejando las cartas y toda la ilusión
Todavía quedaba una casa
que estaba en la carretera
donde vivía aquel hombre
que hiciera la cartera
para aquella niña mensajera
Una casa con un cartel
que más o menos decía
«No quiero pasar de aquí
ya que tú compraste un traje
cómprame otro para mí»
Quién lo decía era un burro
un burro sentado allí
y el amo tira que tira
pero no era capaz
de moverlo de allí
El burro era bien listo
paró en la guarnicionería
porque su amo lo hiciera
primero en la sastrería
y por eso lo decía
Hoy toca recordar
aquello que hace unos años
hacíamos casi a diario
en bicicleta o andando
estudiando y trabajando
Aquellas formas de comunicarnos
que también fueron cambiando
no son para olvidar
pero tampoco son para añorar
simplemente es recordar
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