Y pensar que frente a tu rostro me sentía divagar.

Y pensar que quise un día dejarlo todo y no vover jamás.

Esos ojos, esos labios que me invitaban a soñar.

Fueron tantos los sueños que no dejaba de cantar.

No había angustía sólo tu mirar.

Y pensar que un día te pude alcanzar.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS