Gritos de crónicas vividas.

Es mejor mirar al cielo cuando la oscuridad nos envenena lentamente sin existir mejor consuelo para un corazón muerto en vida, la felicidad nunca se enamoró de mi,  se siente el dolor y la soledad ganando poder en las últimas chispas de la esperanza.

No existe mejor placer que el dormir porque en cada despertar surge crónicas alarmntes que obnubila la razón convocandole al lugar donde pocos quisieran estar. 

En cada imaginación mi nombre esta cada vez más cerca al cielo que a la tierra , me siento foránea de este mundo. Nunca fué fácil para mí, existen recuerdos que me aterrorizan, porque soy protagonista de cada uno de ellos, con el alma inocente combatiendo contra el pretérito desgarrador.

La luz se apagó mientras empezaba abrir los ojos la razón, la niñez murió de una manera instantanea sin existir explicación alguna. En cada peldaño de mi existir la oscuridad se volvió complice de tormentas que me ahogaban sin compasión.

En el frío de mis días me acobijo lentamente en ella porque su frío me da calor  su silencio satisfacción.