Poemario; tomo 1

Poemario; tomo 1

A. J. Weston

21/08/2021

Advertencia; hay algunos traducidos al inglés, pero no creo que eso afecte, ¿o sí? 

Colección de poemas

-Mil cosas que hacer-

3,000 cartas que mandar,

Y una flauta que tocar.

Cien cuentos que escribir,

No es algo que se deba percibir.

Importante es el trabajo,

Es de naranja un gajo.

Mil cosas tengo que hacer,

Así es como debe ser.

Adiós les digo pues,

Eso es lo que es.

-Hojitas que caen- 30/nov/2018

Una hojita calló,

Y el árbol lloró.

Dos hojitas cayeron,

Y los caracoles corrieron.

Tres hojitas se soltaron,

Y tres niñas gritaron.

Cuatro hijitas en el suelo amanecieron,

Y luego desaparecieron.

Cinco hojitas cayeron,

Y luego se fueron.

Seis hojitas al fuego cayeron,

Y con pena se quemaron.

Siete hojitas en una rama cayeron,

Y unas niñas en un florero la pusieron.

Sin hojitas el arbolito quedó,

Y por eso tristemente se marchitó.

-Herido corazón, alma en pena, dulce soledad –

(Primera parte)

Cantaba yo una canción, Cuando llegó a mi corazón, Una daga que sin piedad, Me hería sin necesidad.

Amaba yo a alguien galante, Y le amo aun con estandarte. Mi amor me hacía callar, perdiendo el sentido sin batallar. Loca me volvió su presencia, no era yo su complacencia.

Le amaba sin saber de qué modo, A tal grado de arrastrarme en el lodo. Más él no me amaba a mí, mucho menos con frenesí. Yo no existía para él, poco o nada era para aquel.

Llora mi alma, en silencio y sin ninguna calma. Me estremezco de dolor, con el fuego que ruge de ardor. Enhorabuena hubiera sido, que se hubiera sabido, de mi profundo respeto, hacia aquel que amo en respecto.

Él busca otro tipo de mujer, a aquella que no sepa tejer. A aquella que nada puede hacer, y que solo un adorno puede ser. En cambio mi fealdad, que yace en la realidad, le aleja de mi corazón, sin piedad ni compasión.

No es que desee ser bella, un tanto más que aquella. Feliz soy en mi fealdad de nacimiento, pero odio es lo que ciento. Si la ausencia de belleza es la causa de mi dolor, si ese es el vil pecador, he de odiar mi poca gracia, que me sabe solo a asía.

Sin que él me quiera y yo sí, es lo que me lleva al frenesí, a volverme loca de amor, y de triste atormentador.

Pero quisiera saber, antes de agua beber, si al que amo en secreto, es o no ante Dios perfecto. Porque de no ser así mi amado, mi corazón será amargado.

Aunque no fuese perfecto de carácter, y fuese su apariencia de cráter, le amaría yo sin titubear, con dulce sabor al paladar. Porque tal es su porte, y tal fue en el pasado en la corte, que mi alma inocente y dolorida le amaría sin dudar, antes que las puertas de la muerte cruzar.

(Segunda parte)

Sepultada en el olvido, es allí donde me hallo seguido. Nadie osa ser mi amigo confiado, tal parece que está contrariado.

Sóla me hallo en mi pena, en mi eterna cadena. Mi amargo secreto me guardo, y de llorar no tardo. No podría yo vivir, y mucho menos resistir, si alguien que viviese conmigo, supiera de mi secreto amargo.

Mejor me guardo las penas, atada a mis cadenas. Nadie escuchará, y pronto me rechazará. No valgo yo al mundo, qué importará si me hundo.

Si me pierdo en la obscuridad, no habrá para nada ansiedad. Porque nada yo valgo, es simplemente un trago amargo. Me envenena el dolor, y me inflama con su candor.

Nadie me acompaña en la senda, en la senda de la entrada. Nadie me sirve de apoyo en el llanto, solo me envuelvo en mi manto. La almohada ha sido mi único escondrijo, donde hallo cierto alivio.

Pero llorar no me alcanza, no brinda ninguna esperanza. Más una luz a lo lejos, más allá de los tejos, me sigue iluminando, y también llamando.

Ha sido mi única felicidad, lo que he seguido con ansiedad. Y aunque mi amado no me llegue a amar, no le voy a dejar de dedicar, una alegre sonrisa, más sin ninguna prisa. Le amaré por todas las edades de la tierra. Porque mi amor jamás hierra.

(Tercera parte)

Tan malvado es el mundo, en el que me hundo, que solo en la soledad, puede hallarse felicidad. Sóla no hay quien me hiera, ni oportunidad a que me pierda.

En el mundo que creé, es allí donde yo siempre deseé, encontrar un mundo perfecto, y al que le tengo mucho afecto. Más me encuentro en mis penas, atada con enormes cadenas.

Estoy atada a ciertos muros, que son bastante duros. Me sostienen, me retienen. No me dejan ser libre, poco o más que una liebre.

¡Oh! Bellísima libertad, no me abandonéis sin necesidad. Preciosa libertad, os busco con ansiedad. Venid a mi alma desgarrada, la que a nada está aferrada. De nada me puedo sostener, tú puedes mi sufrimiento detener.

Ya no busco ni siquiera el amor, que me ha quemado con ardor. Solo busco la paz, de la que no soy capaz. Solo la Providencia me puede liberar, y mis cadenas soltar.

Quizá venga la muerte, y acabe con mi suerte. Solo he hallado lágrimas en la vida, y ya no veo otra salida, Ancio la muerte y su paz, solo ella es capaz. De acabar con mi sufrimiento, abandonada me siento.

Más soy joven aún, y gozo de buena salud. Mi anhelo no lo veo venir, en mi dolor me voy a dividir. ¡Feliz! ¿Quién podrá ser feliz? Luego de haber sido siempre infeliz. Yo no veo quien pueda, condenado se queda.

No soy tonta y tengo corazón, y con todo y mi razón. Y cuando creo llegar al alivio, siempre me desvío, de la senda bonita, que lleva en la solapa una rosita.

Me lleva la marea sin que lo quiera, me arrastra como una fiera. Y termino siempre en la amargura, la cosa es siempre segura.

Loca me he vuelto, incapaz de escuchar un cuento. No veo ya nada de luz, solo obscuridad y frío siento.

Vedme sufrir, os vais a reír. Vedme llorar, no os vais a aguantar. Vedme morir, lo estáis por prescindir. Preparaos para lo peor, esperad lo mejor.

Pero cuando me veáis moribunda, y fría en mi tumba, os perseguirá la buena conciencia, incapaz de teneros paciencia. Y acabaréis por darme un poco de honor, que bien me merezco a causa de mi dolor.

-Ahora te vas, amiga mía-

Todos se van y renuncian,

Y su partida anuncian.

Ahora te vas tú, amiga mía.

Ojalá fuese solo fantasía.

-La gran serpiente-

La gran serpiente,

Es de sangre caliente.

Haced una rima,

Y llegaréis a la sima.

Rimando y saltando se aprende todo,

Memorizadlo bien y de buen modo.

-If a man had to cut flowers…-

If a man had to cut flowers,

He has to give them to a special woman.

The forget-me-not blues are simple and beautiful,

Let them tell her that this is how her fiery eyes are.

If he gives her Thoughts, he confesses,

That he often thinks of her.

If hyacinths give her a gift,

He promises kiss her.

The porous and light poppy,

Promise her a sincere smile.

The flat carnation tells her how pure her soul is,

Where there is no storm but calm.

May the sunflowers be her joy,

They tell her that he trusts.

Let her smell-at-night proclaim her,

That her word is fragrant.

Let the yellow chrysanthemum be seal of joy,

Let it seal her leafy heart.

The feathery lattice tells her how well she dress,

Every day or when she attend a party.

And the lily be a reason for elegance,

Let them tell her that she has grace.

May the beautiful roses,

All red,

Tell her that his love for her is sincere,

Bright as the star.

I tell you then,

Without words backwards,

That if a man had to cut flowers,

He has to give them to a special woman.

-Si un hombre flores ha de cortar…-

Si un hombre flores ha de cortar,

A una mujer especial se las ha de dar.

Los azules nomeolvides son sencillos y hermosos,

Que le digan que así son sus ojos fogosos.

Si pensamientos le da, le confiesa,

Que a menudo en ella piensa.

Si jacintos le regala,

Le promete besarla.

La amapola porosa y ligera,

Le prometen una sonrisa sincera.

El clavel planco le dice cuán pura es su alma,

Donde no hay tormenta sino calma.

Que los girasoles sean su alegría,

Le dicen que en ella confía.

Que la huele de noche le anuncie proclamante,

Que su palabra es fragante.

El crisantemo amarillo sea un sello de gozo,

Que selle su corazón frondoso.

La celosía plumosa le diga lo bien que se viste,

Cada día o cuando a una fiesta asiste.

Y la azucena sea motivo de elegancia,

Que le diga que ella tiene gracia.

Que las rosas hermosas,

Todas rojas,

Le digan que su amor para con ella es sincero,

Brillante como el lucero.

Te digo pues,

Sin palabras al revés,

Que si un hombre flores ha de cortar,

A una mujer especial se las ha de dar.

-En la triste agonía del adiós-

(Primera parte)

En la triste agonía del adiós,

Solo se encuentra consuelo en Dios.

Has de sentir frío y calor,

El azufre quemarse con olor.

Viene y va la marea,

Nunca abandona su tarea.

Así son del adiós los sentimientos,

Como espasmos de abatimientos.

Fluye agua y fuego,

Ninguno es consuelo.

Te congelas y te quemas,

No sabes lo que esperas.

Brilla el sol y la luna resplandece,

Pero toda belleza desaparece.

Así es el adiós de mis adentros,

Bella es la causa de mis tormentos.

Botones brotan y flores se marchitan,

Y las aves marcha fúnebre recitan.

Así es el adiós de mis labios,

Muere y vive con adornos tibios.

El hambre se quita con comida,

Pero en el adiós estoy consumida.

De un lado a otro me hace ir,

Quiera lo que quiera decir.

Me quema y congela,

Me pica con espuela.

Con bellos recuerdos se adorna,

Pero sin consuelo me abandona.

Me da vida y luego me mata,

De decir adiós estoy harta.

En la triste agonía del adiós,

Solo se encuentra consuelo en Dios.

Has de sentir frío y calor,

El azufre quemarse con olor.

He dicho adiós muchas veces,

De tacto al decirlo veo que careces.

Pero ningún adiós ha de doler más,

Que el adiós que escucharás.

(Segunda parte)

Quince primaveras hoy he de cumplir,

Pero garantizo que a mi funeral voy a asistir.

¡Adiós infancia mía,

Me voy en la triste agonía!

La gente pasa y pasa siempre tan igual,

Más el rumbo de la vida me parece malo.

¡Adiós infancia mía,

Me voy en la triste agonía!

Muerto está el que no lamenta la vida dejar,

Alejado de la vida festejar.

¡Adiós infancia mía,

Me voy en la triste agonía!

¿Qué pueden valer el zafiro y la esmeralda,

Comparados con la niñez dorada?

¡Adiós infancia mía,

Me voy en la triste agonía!

Un mundo de dragones y espadas,

Cientos de tierras conquistadas.

¡Adiós infancia mía,

Me voy en la triste agonía!

Fueron de lino y ceda mis vestiduras,

De fuerte acero las armaduras.

¡Adiós infancia mía,

Me voy en la triste agonía!

La luna azul y el sol rojo fueron,

A la distancia se perdieron.

¡Adiós infancia mía,

Me voy en la triste agonía!

Cantaban las trompetas gloriosas,

Las notas más melodiosas.

¡Adiós infancia mía,

Me voy en la triste agonía!

Adiós a todo esto he de decir,

Aunque no quiera partir.

Me voy de la Tierra Encantada,

Y lo hago bien percatada.

Yo vomito desesperación,

Pero no deseo consideración.

Ando en senda de pena,

Y hasta me llevo la ajena.

Mi alma ha mordido anzuelo,

Y no hallo yo consuelo.

Satisfacción se halla en la fantasía,

Ella está en la pronta cercanía.

Adiós a todo esto he de decir,

Aunque no quiera partir.

Me voy de la Tierra Encantada,

Y lo hago bien percatada.

(Tercera parte)

Y has de saber,

Antes de otro cosa hacer,

Que en la triste agonía del adiós,

Solo se encuentra consuelo en Dios.

Has de sentir frío y calor,

El azufre quemarse con olor.

El hambre se quita con comida,

Pero en el adiós estoy consumida.

De un lado a otro me hace ir,

Quiera lo que quiera decir.

Me quema y congela,

Me pica con espuela.

Con bellos recuerdos se adorna,

Pero sin consuelo me abandona.

Me da vida y luego me mata,

De decir adiós estoy harta.

-The story of a boy-

The thunder is the voice of the Lord,

The voice is heard by a dreamer,

A Boy sitting under a mango tree,

To take a little nap.

For tiredness and fatigue,

He do not give him a crumb,

And a strength he would get,

In order to work,

And get a delicious delicacy.

He has no more strength left,

Nor penalties that he cannot.

He better stay seated,

And wait tired.

Behold the beauty,

That made with such skill.

Birds that sings,

Foals that rise.

Birds that fly,

And others that watch together.

The boy is tired,

From so much time to have passed.

Contemplate the creation,

By with great admiration.

He know which owner,

It belongs to all that dream.

He know that he will not live so much longer,

That way he don’t worry about the rest.

He know that he goes with the sun,

And it fades like the note of so.

So beautiful is the note,

But it disappears like a drop.

Death threatens to take him away,

But it seems like his mother in going to kiss him.

The boy is happy,

His nose is paler.

The boy is not afraid of dying,

It seems to him that he is going to sleep.

He knows that the Lord is with him,

As with David the singer.

The sun is setting,

And the moon is raising.

The boy lies down,

In the avenue of a slope.

The boy died;

But in the lap of the Lord dawned.

–La historia de un niño-

Los truenos son la voz del Señor,

La voz la escucha un soñador.

Un niño que bajo un mango se sienta,

A tomar una pequeña siesta.

Pues el cansancio y la fatiga,

No le brindan ni una miga,

De pan duro siquiera,

Y una fuerza consiguiera.

Para así poder trabajar,

Y conseguir un rico manjar.

Más fuerzas no le quedan,

Ni penas que no le puedan.

Mejor se queda sentado,

Y espera cansado.

Contempla la belleza,

Que se hizo con tanta destreza.

Aves que cantan,

Potrillos que se levantan.

Aves que vuelan,

Y otras que juntas se velan.

El niño está cansado,

De tanto trecho haber pasado.

Contempla la creación,

Más con gran admiración.

Sabe a qué dueño,

Pertenece todo aquel sueño.

Sabe que no vivirá mucho más.

Así no se preocupa de lo demás.

Sabe que se va con el sol,

Y se desvanece como la nota de sol.

Tan bella es la nota,

Pero que se esfuma como una gota.

La muerte amenaza con llevarlo,

Más parece su madre va a besarlo.

El niño está feliz,

Más pálida su nariz.

El niño no le teme al morir,

Le parece que va a dormir.

Sabe que con él está el Señor,

Como con David el cantador.

El sol se está poniendo,

Y la luna apareciendo.

El niño se recuesta,

En la alameda de una cuesta…

El niño falleció;

Más en el regazo del Señor amaneció.

-Dulce soledad-

Soledad, dulce soledad,

Solo tú me das tranquilidad.

Solo en ti puedo ser quien soy,

Ayer, mañana y hoy.

-Llueve mi alma-

Llueve mi alma llanto de separación,

Que no es mía la decisión.

Llora mi alma mi querido gallardo,

Pues me han herido con un dardo.

No es derecho mío ni tuyo,

Es por eso que huyo.

Fraternidad es lo que nos separa,

No es mi vida la que se amargara.

Morir de pena no es mi estilo,

Más mi vida pende de un hilo.

Llora mi alma mi querido gallardo,

Pues me han herido con un dardo.

Te quiero hoy y mañana, viva y muerta,

Quiero yo ser tu huerta,

Lábrame a mí,

Que no soy de carmesí.

Fuerte soy como hierro,

Más herirte yo no quiero.

De seda prometo que mis palabras serán,

Y mis manos todo harán,

Lo que tú mandes,

Y donde tú andes,

Iré yo siguiéndote,

Y también sirviéndote.

Más, bien sabemos,

Que la fraternidad impide nos amemos.

Llora mi alma mi querido gallardo,

Pues me han herido con un dardo.

Yo lejos estoy de ti, oh, mi amado,

Más siquiera sé si me has amado.

Lejos estas tú de mí y fuera del alcance,

Lejos que a ti yo te enlace.

¿Cómo puedo yo saber,

Sí una vez tú me llegaras a querer?

Llora mi alma mi querido gallardo,

Pues me han herido con un dardo.

Mi Parentela conmigo,

Más no te quiero como un amigo.

Te quiero y querré más,

Mi alma de ti no se alejará jamás.

La distancia no me es obstáculo,

Más he de ti el amor hallarlo.

No me querrás como amado yo te quiero,

Pero no te pongas conmigo de hierro.

Quiéreme a mí tan solo como amiga,

No me trates como cualquiera de pan una miga.

Llora mi alma mi querido gallardo,

Pues me han herido con un dardo.

Querido eres tú de lejos,

Que con muchos manejos,

Oculto mi amor,

Que con tanto ardor,

Te deseo yo dar a conocer,

La llama yo no quiero encender.

Llora mi alma mi querido gallardo,

Pues me han herido con un dardo.

Jamás tú has de saber,

Como yo una vez te he de haber,

Yo así haberte amado,

Con el corazón enmascarado.

Mi amor jamás sabrás,

Así jamás me amaras.

Más yo dolor oculto en mi alma,

En las lágrimas de mi cama.

Llanto el que encontraras,

Si en la almohada buscaras.

Llora mi alma mi querido gallardo,

Pues me han herido con un dardo.

Guapo eres de físico,

Más no lo encuentro en el eco.

¿Qué en tu alma ha de haber?

Eso yo no lo he de saber.

Me interesa más que nada,

Pues mi sentimiento es de hada.

Llora mi alma mi querido gallardo,

Pues me han herido con un dardo.

Dolor y sufrimiento en mi rostro,

No mucho cualquier otro,

Es lo que hallaras,

Si en mi alma buscaras.

¡Adiós! Mi querido amado,

Que sepas que nadie más te ha amado,

Es mi deseo de antemano,

Pues no te quiero ni como a un hermano.

Llueve mi alma llanto de separación,

Que no es mía la decisión.

Llora mi alma mi querido gallardo,

Pues me han herido con un dardo.

No es derecho mío ni tuyo,

Es por eso que huyo.

De lo que ha de venir,

Eso nadie la ha de decir.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS