Empujado por sus huesos

Sufre lo que otros quisieron para él,

Atado a un destino que no fue rebelde.

Inmóvil estuvo mientras hacían de su

Alma un depósito de resignaciones.

Y en el hueco de vida que habita

Un triste color tiñe sus días.

Anemia de vida le consume

Y olvidado está de quien fuera

Cuando sus fuerzas enteras poseía.

Memoria tienen los huesos y le empujan

Buscando llevarle al desvío donde

Perdió su rumbo primario de ser libre.

Una chance aún tiene de regreso:

Nada concluye en la víspera

Y su esperanza pervive.

Hoy, más tarde, mañana, en diez años,

Acaso retorne a su senda.

Redención no es perdón, es reinicio.

Pudiera redimirse victorioso

un segundo antes de su muerte

Y valdría por lo mismo que más.

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