Se pierden entre tus brazos
el verde, las calles,
la gente, la lluvia
No desaparece la voz del viento,
ni las de los pájaros
Se abre un sendero sin confín
sin muros, verjas, tapias
Los pasos por él, suenan alados
Saben a golosinas de feria
No se guardan en ese rincón,
el que crean las bocas juntas,
murmullos que no son de agua clara,
voces sentadas en portales antiguos
Allí, se regalan
secretos infantiles y los versos por hacer
Nuestros labios, incansables,
peregrinan por húmedas laderas
Descansan en bancos curvos
Recitan sinuosas palabras
Así ellos continúan y continúan
mientras suenan las notas fugitivas de los dos
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