diario de una niñez arrebatada

diario de una niñez arrebatada

Apúrate vamos a levantarse ya son las cuatro y media-

La orden envuelta en seda pero firme y áspera a la vez la despertaban día tras día. Era invierno y la crudeza de su temperamento calaba los huesos. Misty abrió los ojos en la misma oscuridad de todos los amaneceres. Amelie frotó sus brazos y luego su cuerpo, era la mejor manera de reconfortar su delicado ser. sobre la mesa y a la luz tenue

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS