La joven al verlo ideó miles de modos para captar la atención del desconocido.

Al mismo tiempo el desconocido dibujaba en su mente estrategias para tenerla pendiente de él.

La joven se sintió como un gato, el desconocido la veía como a un ratón.

Cuando inevitablemente ambos deseos se juntaron, los dos creyeron haber cazado a su presa, pero la verdad es que nadie sabe quién ha cazado a quien. 

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