La primera vez que la vi me resultó atractiva, misteriosa también. Estilo francés, romántico. En su indumentaria predomina el color negro, en contraste con su pelo corto y gris. Los labios siempre rojos, para dar color. Los zapatos de cuña y ante negro, me llamaron la atención. Abrigos en la mano y bolsas.

La primera vez que la vi aún no era verano, era finales de mayo. Ella esperaba. Dos meses después sigue esperando, siempre, desde la mañana a la noche. Esperando, ¿a quién espera?

Cuando coincidimos en el semáforo, ella cruza continuamente de un lado a otro, me he fijado en su piel. Una piel muy blanca, preciosa, como de porcelana. Tiene una cicatriz pequeña al lado del pecho y lleva gafas de sol. Pasea despacio de un lado a otro, debajo de los árboles, pensando. Ella siempre está ahí. Curioso. ¿De dónde es? ¿Quién es? ¿Cómo se llama?

Hoy me he atrevido a hablar con ella.

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