E.T 2 El Retorno del Extraterrestre. Capítulo 3. El reencuentro

La sensación de Elliot era extraña. No sabía lo que se iba encontrar tras cruzar el umbral de aquella puerta, pero por la expresión de Gerty, era evidente que les iba a sorprender. Todos entraron al salón y Gerty les indicó que se sentaran. Gerty abrió la puerta de uno de los cuartos. Y una figura surgió de la penumbra de aquella habitación. Iba cubierta con una manta blanca, y andaba torpemente. Justo como Elliot recordaba treinta años antes. Se descubrió la manta, con unos dedos marrones y largos, y unos ojos azules, llenaron de lágrimas los ojos de Elliot. Instintivamente Elliot se levantó. Tenía el corazón en un puño. Le costaba respirar. Dió un par de pasos torpemente, y se acercó a tocar al invitado de Gerty. Algo raro estaba pasando allí. No le sentía cercano como otras veces. No podía sentir su estado de ánimo como hacia tantos años lo había hecho. ¿E.T? ¿Eres tú? Aquel extraño ser, conocido por casi todos ellos, excepto por los mas pequeños, extendió su mano. Toco el extremo del muñón de Elliot. En aquel momento, el dolor que Elliot ocultaba a su madre y que nunca había dejado de estar ahí desde el accidente desapareció. El intercambio había comenzado. Ahora le tocaba a Elliot corresponder a su amigo como fuera. Gerty irrumpió en la escena. –E.T Necesita nuestra ayuda. Le miró y E.T se separó de su amigo por unos momentos. El pequeño ser, colocó sobre la mesa un cilindro de metal que comenzó a girar por si solo. Paso menos de un minuto cuando una imagen holográfica comenzaba a mostrar una ciudad lejana que se asemejaba a un circuito impreso. No había edificios altos, todo estaba sobre la superficie. Y se veían explosiones y a otros individuos como a E.T huyendo. Se desplazaban en una especie de vehículos individuales aeroflotantes y solo aquellos que resultaban alcanzados por las explosiones huían con la torpeza que caracterizaba a E.T. Unas figuras albinas similares a aquel alien, eran los responsables de la invasión. Gerty dijo que eran los Korel. Una mutación albina de la especie de E.T que siempre habían estado en guerra con ellos. –Pero Gerty –dijo Elliot-¿De dónde te sacas tu eso? -El me lo ha dicho.-Dijo señalando a E.T. –Se comunica conmigo. Elliot notaba claramente el hermetismo, que había surgido entre el y E.T. Treinta años antes recordaba que cualquier cosa que sintiera E.T, él, la sentía. Y que los pensamientos abstractos, o nombres, nunca habían pertenecido a sus conversaciones. Era cuando menos extraño para Elliot. Los niños mientras tanto miraban al alienígena con las bocas abiertas, sin poder explicarse que hacia esa cosa allí.

Según Gerty, los Korel estaban buscando a E.T y ellos debían ocultarle hasta que recibieran la señal para recogerle. En la casa de Mary en los Ángeles aún seguía el radio trasmisor que E.T había fabricado treinta años antes. Y Elliot y Michael debían volver a los Ángeles, ponerlo en funcionamiento y transmitir las coordenadas de la cabaña de Big Bear Lake, para que pudieran volver a recoger a E.T cuando fuera el momento. Todo aquello era surrealista. Los Korel, E.T en un estado mas independiente mentalmente de Elliot, la cabaña del lago, etc. Elliot se dejó caer en el sofá de la cabaña. Miró a Michael, y le dijo: -Y si vas tu solo. -Gerty le cortó en ese mismo instante.- Debéis ir los dos Elliot. –E.T lo quiere así. –Elliot la miró
En ese momento E.T se acercó a Elliot, y le enseñó otro cilindro metálico. Se lo colocó sobre la mano buena de Elliot, y el cilindro se empezó a mover solo. Cambió inmediatamente de estado sólido a líquido y dibujó un trazo sobre su mano hacia su muñeca. Y ahí se solidifico en forma de pulsera. Con una pequeña luz roja que parpadeaba bajo una fina capa de metal. Elliot miró aquella escena sin darse cuenta de que había abierto la boca. Cuando la pulsera se solidificó, instintivamente cerró la boca. Demasiadas emociones por un día. En aquel momento el alienígena empezó a tambalearse. El color de su piel súbitamente se puso pálido. –Debéis ir ya –grito Gerty -¡Michael! –Vale, Gerty, ya nos vamos. Cuidad de los niños. Mama, cuida de Ben. –Si hijo tranquilo, no les va a pasar nada. Elliot se acercó a E.T y le tocó en la mano. E.T abrió los ojos. Parecía que se estaba estremeciendo de dolor. Debían ir a los Ángeles cuanto antes. Michael y Elliot subieron al Ford Explorer en dirección a la E 210. De vuelta a los Ángeles lo antes posible.
http://www.youtube.com/watch?v=UYdXi-AseF8&feature=related

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THE ALIEN
E.T. THE EXTRA-TERRESTRIAL
UNIVERSAL
01/05/1982
CTF17878

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