Hay un momento en la  vida en  que comenzamos a replantearnos diversas cosas, algo nos genera un clic y desde allí la pregunta , la búsqueda; los factores que la  disparan,  serán en cada uno de nosotros distintos, tal vez duelos, quizá un cambio de empleo, una mudanza, un desamor….. no dependiendo esto de una cuestión cronológica, sino de un tiempo de maduración interno y para esto somos únicos, con nuestra historia, cultura,  mandatos y creencias.

En algunos casos nos atrevemos a pasar por una terapia y ahí es donde nos acompañan a atravesar la búsqueda, es donde debemos de algún modo derrumbar para volver a construir desde un nuevo lugar, desde nuestro lugar, ni mas ni menos que el lugar que nos determinara como seres deseantes, haciéndonos cargo de lo que queremos, deshacernos de mochilas, del que dirán y comenzar el camino de lo que decimos nosotros y con esto viene el cambio de posición subjetiva que no siempre es acompañado por quienes están a nuestro lado; y es justo allí donde COMIENZA el camino de este ser deseante. Ocurre con frecuencia que esto no es tolerado, dependiendo de la estructura psíquica, del formato y la rigidez con que fuimos criados, quienes siguen y se animan llegaran a lo mejor de su vida, saber que desean desde lo profundo y poder concrétalo, sabiendo que no es facil, con la certeza que el camino no será lineal, pero con la convicción que VALE LA PENA luchar por ese deseo que en momentos se hace inalcanzable.

Debemos atravesar momentos de angustias, de desapegos, de desinterés por las viejas costumbres, para poder averiguar por fin que nos pasa, abandonar los patrones del pasado, comenzar a mirar hacia el deseo, estamos como adiestrados, entrenados a obedecer, que nadie nos enseño a generar la pregunta del que queremos, que  nos pasa, aunque la respuesta no sea tolerable para quien la escucha. Siempre es mas facil mostrarnos el *supuesto mejor camino* que enseñarnos a descubrirlo, esto no es critica, es cultural, viene por lo general, de generación en generación hasta que alguien se anima a romper la continuidad y decir, hasta acá. Esto conlleva una gran responsabilidad pero es un aprendizaje hermoso y una vez que lo descubrimos ya no podremos ser los mismos, perderemos la ingenuidad, para incorporar por fin la posibilidad de elegir y así comenzar el camino propio de vivir.

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