No pienso irme de Moscú… no pienso dejar sus calles heladas, los copos de nieve que van cayendo y las huellas que se marcan como un firmamento al ser pisadas con cada paso al caminar.

Como dejar atrás aquella plaza roja, sus diferentes texturas y colores llaman la atención de los artistas que pueden disfrutar de tan grandiosa belleza con un café o una sopa que caliente el alma.

Creo que voy a quedarme caminando por las calles cubiertas de nieve por donde pasan los autos marcando rumbos, personas charlando y riendo por la tarde dando paso al Ocaso

Cae la noche y todas las luces de las calles dicen “No importa, no importa” porque estas fracciones de segundo que se transforman en momentos, son aquellos que hoy en su totalidad me dicen «Disfruta de esto, porque es tú momento».

Nunca he ido a ese país, pero solo a través del pensamiento puedo imaginarme que camino en una noche helada bajo las calles de Moscú.

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