Ausencia
Si yo hubiera conocido el precio de su ausencia, igual hubiese añorado su presencia…
No hace poco más de un año, deseaba locamente tenerlo, compartir cada día junto a él y estar ahí, sin pedrile nada más que amor…al principio, nadie lo aprobaba, ya después lo consideraron y finalmente no hubo más remedio que aceptarlo, y así fue como empezó su busqueda, seguidamente ya estaba junto a mí.
El objetivo se estaba desarrollando, le brindaba y me brindaba amor, me acompañaba, no me exigía nada y jamás reprochó algún trato…pero llegó el momento de partir, de dejarme; le supliqué que no lo hiciera, pero fue en vano…ya no estaba y nada podía cambiarlo…mi fiel compañero no reía, ni siquiera…respiraba, así es, nos separó la muerte…solo espero que en cualquier momento sus patitas se enreden en mí y sus ojitos se crucen con los míos…
Y, como dice una célebre frase de Julio Cortázar, «Hay ausencias que representan un verdadero triunfo»…Esta no lo era, seguro que no.
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