Despierta

Despierta

Ema UB

24/11/2020

En el espejo de tus pupilas me miro al despertar, tu cuerpo todavía sigue amarrado al mío

Poema escrito por: «La jaula del Mirlo» y Ema UB

Encontrará usted una especie de conversación entre un par de amantes, después de una noche controversial de encuentro entre sábanas y piel desierta, despiertan atados al desconocimiento de lo hecho.

Inicia Jaula del Mirlo, responde Ema UB.

 

Despierta

Amarga cruda al despertar de este nuboso acto,

lo que pasó aquí, ¿Fue acaso producto del alcohol?

O quizá ¿Será que ambos buscábamos jugar al amor?


Dulce licor de uvas fermentadas me pescó

cuando jugaba con geometría de rimas.

Despierto y encuentro a mi poema yaciendo en mi lecho.

¿Qué es esto?


No sé qué es esto, pero te diré lo que no es…

No es una novela romántica, ni mucho menos una aventura,

esto sin duda fue un escape a la realidad que ambos vivimos,

buscamos morir un momento y no saber de nada, de nadie.

Descubrirnos a nosotros mismos; conocernos al desnudo.


¿Escape de la realidad?

Querido poema hecho hombre,

me dices que, dejé la comodidad de mi mar de tinta

y salté al espejo de tus pupilas.

Desnudé tu métrica para ser parte de tu verso,

escribí en tu piel de papel y me quedé rasasvada en este amanecer.


Habitaste en mi mundo, y no sólo eso, lo recorriste por completo,

con pies descalzos y sin esa soga que suelo

colocar en la cintura para que no se pierdan.

Haz hecho muchas cosas en mi mundo, lo pintaste con tu tinta tan poderosa.

Hiciste que morir valiera la pena. Y aun siendo una completa extraña,

no me importó porque ambos morimos gustosos, sin necesidad de un cigarrillo.


¿Extraños?

Si has compartido en mi cuerpo sobrescrito las delicias de tus poemas

y hemos muerto a la vida, me parecería que la extranjería

quedó fulminada en la kenopsia de nuestros universos,

esos agasajados por instinto reptiliano.


En ese caso amada escritora, llene mi cuerpo de su tinta hasta alcanzar

el mayor poema que pueda existir, no importa que esté amaneciendo,

así podré contemplar bajo los rayos del sol que entran por esta ventana,

el rostro de alguien conocido, el rostro de mi poeta.


Entonces mi poema quiere ser terminado,

recitado y depositado en rincón de mis olvidos voluntarios.

Yo tenía fraguado prolongar una estrofa,

medir milimétricamente cada letra depositada en esa desértica espalda.

Un punto final rematará diatriba furtiva de esta

mi exploración pasional entre vino, papel y tinta.


Haz lo que debas hacer mi amada tragedia,

pero hazlo con esa misma pasión con la que consumiste toda mi oscuridad,

te regalo mi espalda, escribe en ella, te regalo mi voluntad, haz lo que te plazca.

Llegué con nada a nuestro encuentro y gané todo.


Eso siempre, puedo poseerte más allá de lo que podrían tus amantes de carne y hueso,

si cuando yaces con ellas te observo,

acaricio tu nostalgia, beso tus miedos, abrazo tu cuerpo.

¿Extraña yo? Yo soy tu consciencia, es una pena que entre

grados de alcohol me visites con infrecuencia.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS