Tu presencia fue como una montaña rusa. No temía de las subidas, pero apretaba fuertemente los ojos y el corazón a la hora de la bajada.

Tu presencia trajo consigo un diario a la hora de esas charlas infinitas.

Tu presencia trajo una ola de paz en el momento preciso donde el silencio se tornaba presente.

Tu presencia trajo consigo inseguridades y vacío en cada palabra y promesa. Tu presencia activo mi corazón , y me elevo a la montaña de mi poder interior.

Esta claro que conoces de mi. Conoces: el sonido de mi risa, mi acento, mi llanto quebrantado,conoces mi lado cursi, pero así mismo el sarcástico que tanto me identifica.

Tu presencia trajo consigo una química bastante extraña, que a pesar de las bajadas en esa montaña rusa, siempre volvíamos uno al otro, aunque eso era lo suficientemente fugaz, como para sostenerse en tus simientos inestables que me hacían tambalear y finalmente caer contigo.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS