A Dark and dim Light

A Dark and dim Light

Abby Yglesias

04/02/2018

Capitulo 2: «No Obligo»

Me gusta estar sola.
Me gusta caminar porque se que el pasado camina conmigo.
Parece como tocar las finas teclas de un piano viejo y antiguo sabiendo que las notas están en mi memoria repitiéndose cada vez más dejándome llevar por la sensación del momento.
Es alucinante el escuchar el tic-tac del reloj marcando las horas que nos condenan a los días, semanas y años.
Y yo estoy aquí frente al mismo piano negro que da a la ventana de un triste y olvidado jardín.
A su vez podía ver como el miedo se teñia de un rojo Escarlata al igual que lo era nuestra sangre y para entonces supe que me encontraba sola en este pequeño Ártico que formaba parte de mi mundo, donde a la vista se encontraba un océano infinito donde se reflejaban estrellas de diversos colores mientras que los grandes anillos giratorios de Saturno hacían una grata y bella melodía que Urano y Neptuno al escuchar se encontraban en una danza de pasión que Marte el planeta rojo conmemoraria aquel reencuentro en su memoria.
Podría escribir esta historia en una letra antigua y pulcra sin cansarme para luego tirar las hojas en ese océano que parece perfecto a los sueños, y no, no estoy muerta sólo sucede que en algunos casos el sonido del silencio podrá ser la más gran compañía que uno podría tener.
Sigo asumiendo que es un misterio donde vivimos y que podríamos descubrir miles de cosas que a simple vista parece inexplicable.
Yo sabía que en cierto modo era Plutón el planeta enano que estaba más lejos del sistema solar, frío, callado y reservado mientras que él era Venus, ese planeta tan cerca de sol, tan radiante e iluminado pero por sobre todo cálido.
Él estaba allá mientras que yo estaba aquí, observando como llevaba una vida perfecta desde un parámetro seguro manteniendo distancia sin llegar habernos conocido.
Era algo en él que de cierto modo me atraía y no se si era por su seguridad o solamente su sinceridad.
¿Qué si tenía miedo de estar junto al él? Si lo tenía y por eso jamás entre en su campo de visión, no quería que viera la oscuridad que estaba en mí, no quería apagar esa bella luz que se encontraba en sus ojos.
Por eso en lo más profundo que tenía de oscuridad en mi vida una pequeña y tenuez luz trataba de sobresalir, pero aunque quisiera no podía por los demonios que me atormentaban volviendo escribir aquellas páginas en blanco con todo lo vivido en el pasado.
No por siempre sería una adolescente y tendría que crecer para volverme una adulta, pero si en algún momento la vida me enseñará lo que es el lado cálido podría dejar el miedo de lado aunque sea por unos segundos y sentir lo que se que en este momento está sintiendo.
Todavía no salgo de los escalones de aquella larga escalera oscura que no me deja abrir la puerta blanca que está en el final y lo bueno que quedaba en mí es aquella esperanza de anhelo que alguien venga y demuestre lo que perdí en aquel bosque de otoño.
Ojala pudiera saber lo que era volver amar y mirar hacia la Luz.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS