Historias de terror…con mi ex. (El Condón).

Historias de terror…con mi ex. (El Condón).

Salíamos de la casa para llevar al niño al pediatra. Al cumplir un año de edad, nuestro hijo se había enfermado de asma, después de un paseo familiar a la alameda de San Blas en donde, tras la exposición a factores ambientales, había adquirido el padecimiento. Afortunadamente, tras dos años de búsqueda, la Dra. Paty Santana López, quien además de especializarse en infantes era alergóloga, había encontrado los factores que provocaban se le cerraran sus bronquios. Tras una prueba con piquetes en la espalda había descubierto que Alex era alérgico al zacate Jhonson, al polen de maíz y al polvo, elementos presentes en aquél trágico y ventoso día. La especialista le había elaborado una vacuna y llevaba un seguimiento mensual, por lo que esa tarde nos encaminábamos a su consultorio.

Maricela acomodó al niño en el asiento de atrás y subió al auto. Mientras recorríamos las primeras dos calles, comenzó a buscar en la guantera la receta de la vez anterior y, al revolver los papeles, encontró una pequeña envoltura plástica, cuadrada, blanca, de aproximadamente cinco por cinco centímetros. Aunque estaba vacía, tenía huellas de que su contenido había sido algo circular y de algunos milímetros de ancho. No tenía marca, textos o información de ninguna clase, tan sólo el dibujo de una especie de fantasmita transparente y sonriente. Mi ex esposa se me quedó mirando con extrañeza y mostrándome el envoltorio me dijo:

– ¿Qué es esto? -.

– ¡No sé! ¡Basura supongo! – le dije.

– ¡No te hagas el tonto! ¿De que se te figura la envoltura? -.

– ¡No sé! Puede ser de muchas cosas! -.

– ¿Cómo cuáles? -.

– Medicina, dulces…¿qué se yo? -.

– ¡Es la envoltura de un condón! – me dijo, – ¿qué es lo que hace aquí en el coche? -.

– ¿Cómo va a ser la envoltura de un condón si ni siquiera tiene una marca o indicaciones o instrucciones de nada? -.

– ¿Y cómo es qué debería decir según tú? -.

– ¡Pues no sé, Sico, Troyan, Durex…o alguna indicación que es del sector salud! -.

– ¡Vaya! ¡Habló el especialista en condones! -.

– ¡Por favor! ¡Eso también tú lo sabes! -.

– ¡Sí claro! Como soy yo quien los uso ¿no? -.

– ¿Cómo estás segura de que se trata de una envoltura de condón? -.

– ¡Mira ahí está la marca que dejó! Y el dibujo que tiene es de un condón -.

– ¿Un condón sonriente? -.

– ¡Pues sí! Si hay condones de sabores porqué no habría de haber con dibujos así en el empaque -.

– ¿Y cómo sabes que hay de sabores? -.

– ¡No me cambies el tema estúpido! ¿Con quien te estás viendo? -.

– ¡Con nadie! ¡Mira! Esa no es una envoltura de condón y aunque así lo fuera tú me conoces muy bien -.

– ¡Pues parece que no! ¡Hasta ahora te voy conociendo!

– Tenemos cuatro años de casados ¿cuándo te he dado algún motivo para pensar que te engañé? -.

– ¡Siempre hay una primera vez! -.

– Mira ¡ya párale! ¡Es mucha tu imaginación! -.

    Mi ex mujer hizo un recorrido visual del coche y luego dijo:

    – ¡Y te la cogiste aquí…en el auto! Donde transportamos a nuestro niño. ¡Que asco! -.

    – ¡Por Dios! ¿Y a qué hora lo iba a hacer eh? Todo el tiempo estoy contigo y cuando no, estoy en el trabajo -.

    – ¡Lo haces con una compañera de trabajo! -.

    – ¡No inventes! -.

    – O a la mejor con un compañero…-.

    – ¡Queeeé! -.

    – ¡Si me engañas con una mujer lo puedo superar! ¡Pero si me engañas con un hombre nunca te lo perdonaré! -.

    – ¿Estás loca? -.

      Afortunadamente en esos momentos llegamos a nuestro destino. Tomé al niño en brazos y subimos los dos pisos hasta el consultorio. Mientras esperamos nuestro turno ella se sentó lejos de nosotros y no me dirigió la palabra. Tomó un revista médica y se puso supuestamente a leer, para disimular su enojo ante la recepcionista y los demás pacientes.

      Cuando entramos a consulta Maricela me quitó al niño y tuvo una fascinante transformación, se convirtió en la mejor mamá del mundo, platicando con la doctora como si fueran las mejores amigas y dándole a detalle toda la información sobre nuestro hijo. La alergóloga nos hizo las preguntas de rigor, revisó físicamente al niño con detenimiento: su estatura, peso, pulmones, boca, nariz y ojos. Verificó sus reflejos con un martillito de goma, algo que siempre divertía a Alex. Lo paró luego en una cajita de arena para verificar su pisada y platicó también con él.

      Al finalizar la revisión la Dra. Paty se acercó a su escritorio, y de un frasco de cristal sacó una paleta de caramelo que ofreció amablemente a nuestro hijo. Como estaba muy chiquito me la pasó para que yo le quitara la envoltura y…ahí estaba: una envoltura plástica cuadrada, blanca, de aproximadamente cinco por cinco centímetros y con el dibujo de una especie de fantasmita transparente sonriendo. Al mirarla, no pude evitar reírme, ante lo absurdo de la discusión de hacía unos momentos y me acerqué a Maricela para enseñarle la paleta. La alergóloga nos observaba sin entender lo que pasaba. Mi ex se puso seria, muy seria, seriecísima y acercando su boca a mi oído me dijo:

      – ¡Ni una palabra de ésto o te mato! -.

      Consultorio de la Alergóloga, Aguascalientes, México.

      Condones comerciales (Blog de supercondon.com.mx).

      Un tipo de condones del Sector Salud en México (reporteindigo.com.mx).

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