El día de tu boda

Y no sabes el gusto que me dio el toparnos y conversar. Tan guapa, como siempre, tan formal con tus lentes de sol, sosteniendo tu bolsa como marca la etiqueta… Eres toda una escultura al buen gusto, lo eras, lo eres y lo serás. Y yo, bueno yo me encuentro mas viejo que en esos entonces, adelgace un poco y ahora me cuido mas, los años ya no pasan en balde, ¿verdad? Nos tomamos un café, me cuentas de tu esposo, de tus hijos y de lo feliz que ahora eres. No se si toda esa avalancha de «felicidades» son tu forma de reprocharme no gritar el «yo me opongo» que siempre me pediste obsequiarte el día de tu boda.

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