Coyote

Quiero cantar en el desierto. Ser marsupial de las flores venenosas. Amontonado en un balde de aguas turbias, como si fuéramos pirañas, uniéndonos como balas en una guerra, desgarrandome por fuera, destrozandome por dentro. Extraño cada zumbido de tu latte ensangrentado, como un café de media noche, como un volcán en erupción de monóxido, embullecido por una nube negra, densa y oscura que hace mi cabeza danzar Flamenco. Esta luna llena quiero cambiar de posición, de dimensión y sentido. Digamos que todo está bien cuando pareces ser el único consciente. Estas líneas se soplan sin cesar. Mi retorcido bajón se vuelve ineficaz, extraño y tímido, como una obra de piano en anfiteatro. Yo no soy yo, he perdido mi identidad. Sácame bruscamente de este universo, chúpame a la nada, llévame a donde el tiempo es cuadricular, el camino oblicuo, sin bordes ni barreras. Es un mal momento, todos te entendemos. Es una mala hora, todos lo imaginamos. Te adelantarse a tu era? Un 12 de enero abrí los ojos para verte a mi lado. Estos poemas son recitales de idiotez, soy ultimátum de un cofre no encontrado. Quisiera un poco de lluvia que despida mi sendero. Quisiera tierra que me escupa en los ojos. Háblame de ti coyote, te veo con ojos pálidos y desahuciados. Tu pelo se esta cayendo, se te ven los huesos y tus latidos son bajos, tanto como los mios. Qué nos está pasando? No se si después de esto volvamos a hablarnos, quizás volver a mirarnos, pero no más hablarnos. Eres un básico, instintivo, elocuaz y petrificado animal, sólo o enmanado, pero siempre como yo. Quisimos subsistir, pero todo se nos fue de las manos. Donde estamos ahora? Nos permitirán volver atrás? Déjanos ser a medio frío con bases irregulares. Mi mente ya perdió el sentido-control, mi cuerpo su rumbo, mis ojos su alma. Sabes que el alma muere, verdad?.