Todos Nosotros

Me siento derrumbada, como si no tuviera vida, como si no hubiera un mañana. Es fascinante como las personas nos hacemos daño entre nosotras sin apenas apreciarlo sin tener esa intención. Es cierto que cada persona es un mundo, pero todos somos personas de este mundo. Siento dolor, pena, tristeza, cuando en realidad no deberían de estar estas emociones en mí presentes. Como ser humano que soy no puedo evitar amar y ser sufriente. Es tan amargo ver como los malos pensamientos me invaden y me llevan a la deriva y me ahogo.

Todos soñamos, todos tenemos deseos, anhelos, fantasías. Todos queremos ser felices y encontrar a alguien que nos haga feliz. Ojalá pudiésemos controlar nuestra vida, nuestras emociones, como controlamos nuestros sueños. Ojalá todos los días fueran soleados, relucientes, llenos de vitalidad. Sin embargo, existe la lluvia, la tormenta, la oscuridad. Nuestras lágrimas derramadas son la lluvia que limpia que purifica, que ahoga y desahoga, por tanto, necesarias.

Quiero muchas cosas, pero su cualidad nos es material. ¿De qué me serviría el consumismo, los harapos? Lo material no me haría feliz, a lo mejor en un pequeño instante, luego ese rostro feliz mío se desvanecería. Yo lo que quiero es amor, compasión, alegría, risa, ilusión, quiero las cosas mundanas como todos y cada uno de nosotros, no obstante, deseo emociones, sentimientos, vivir, conocer, amar, cantar, gritar, oler, respirar.

Quiero subir a lo más alto de una montaña y chillar hasta que caiga el sol y quiero saltar de alegría, encontrarme a mí misma y sentirme. Sentirme viva y preparada para lo que haga falta y para lo que esté al venir.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS