Un viaje soñado

Te imaginé viajando por cada milímetro de tu singular figura, fui usando tu cuerpo de mujer como un mapa sensible, atrevido y tierno. Pensé recorrerte por cada convexidad de tus concavidades, pero si mi marcha sufriese un naufragio me gustaría que éste fuese en la bahía de tus corales…Tus ojos seguían curiosos y expectantes mi senda sobre vos. Avancé por tu piel, delicada, mansa y fina, hecha de gotas de miel, de sal, de sueños y miles de secretos.Empecé a avanzar por tus labios entre abiertos, de una comisura a otra, formaban una travesía húmeda, eran únicos y sugestivos, creí verlos sonrientes y cómplices. Bajé por tu cuello labrado como un tallado perfecto, descendí por tus hombros y quedó delineada tu cara soñada, jamás se repetiría otra parecida. Bajé por tus brazos, delicados, etéreos…llegando a tus gráciles dedos femeninos, misteriosos y sutiles. Rodeé tus pechos con cristales de sudor en sus bases; eran exactos, firmes, turgentes, erectos…Descendí a tu vientre de joven, de madre, de mujer entera, sin sobrarle o faltarle un milímetro en sus líneas. Continué sobre tu cadera torneada, precisa en cada esquina de tu exacta anatomía, con sus curvas esculpidas protegiendo tu ángulo mágico, germinal. Seguí por tus piernas torneadas y estrictas, apoyadas en tus pies sublimes. Volví por tus glúteos modelados en  mármoles vivos, cálidos…ardientes. Ya casi había concluido mi travesía, y respiraba tu esencia, esa fragancia tan tuya. Cuando te miré entera, atento a cada borde, cada lado, cada fibra de tu cuerpo, tenías la piel anhelada, la esperada, la deseada…
MC

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS