El ya estaría tomándose un daiquiri en el Malecón festejando el haberlo conocido, de no ser por un descuido. Antes de tomar su motocicleta aquella mañana dejó una de sus figuritas de colección en el velador. Al poco andar lo recordó de súbito, y de un brusco movimiento cayó. No era nada pensó, llegaré a tiempo mientras su rostro se cubría de un rojo oscuro…comenzó a balbucear, su boca dibujaba una triste sonrisa, torpemente comenzó a buscar en su chaqueta algo que no halló. Al fin te conozco mi pequeño…te traje algo que creo te gustará.

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