El veintidós ya es historia repetía una voz mecánica. Alex de 19 años edad en la que el ímpetu puede más, llenó el formulario y partió a su hogar se uniría a los viajes espaciales. Su padre lo abrazo con fuerza, su madre lo besó mientras secaba sus manos en la falda. Jóvenes como él preparados para su destino, dispuestos en la estación. Sintió al respirar contra aquel cinturón y frío aparataje: no regresaría. Nadie lo hacía. El mayor a cargo miró sin gesto como se alejaba otro grupo, en búsqueda de tierra habitable. Más tarde partiría la siguiente prueba.

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