Vida
Dos discos rojos de bordes redondeados y centro cóncavo chocaron entre sí, friccionándose, atrapados entre más discos rojos que se peleaban por un hueco, por seguir su camino, y el choque sonó a metal, así como a metal era el sabor que ellos mismos tenían aunque no lo supieran. Los dos discos junto a otros...