AMOR CALLE VIVENCIAS

AMOR CALLE VIVENCIAS

Federica Rogeles

23/01/2019

Éramos un tanto disfuncionales, de vez en vez había roces absurdos, alguno de nosotros pelando los dientes dándose ínfulas de poder para poseer algún pedazo de comida, que finalmente terminábamos compartiendo, o cuando había que menearse virilmente ante alguna hembrita que se paseaba frente a nosotros. Arturo era el más viejo y osado de todos, la verdad es que nuestras edades no se diferenciaba demasiado, tal vez el viejo Arturo se veía acabado por su cojera y el ojo tuerto que le quedo después de tremenda pelea en la que nos metimos por entrar a una carnicería y tratar de robarnos una pata de vaca para comer, jajaja fue muy gracioso como con nuestros cuerpos famélicos defendimos al viejo tuerto y terminamos llevándonos como tres libras de hígado que reposaban sobre una mesa entre sangre coagulada. Francamente disfrutábamos andar juntos, calle arriba, calle abajo sin rendir cuentas a nadie.

A mi parecer Pedro era demasiado lambón, siempre buscando aprobación, cuidando alguna casa, o siguiendo algún transeúnte solitario en la oscuridad, se le pegaba al lado cuan garrapata para que le dieran cualquier cosa… pedro, pedro, hermano con esas fachas la gente le tiene miedo, ni siquiera miedo hermano más bien asco, cuantos días lleva si bañarse le decía Camilo mientras se burlaba con sarcasmo, la verdad es que era algo intimidante. Pedro había salido del sur de la ciudad, osea del sur, no se pueden imaginar algo más allá, tenía el tinte mestizo de aquellas zonas, aunque no puedo negar, se veía bastante apuesto con su traje gris gastado, resultado de ello como diez pedritos muy parecidos a el, flacuchos de pelos claros, esa es una de las razones por la que no quiso volver a su antiguo barrio.

Entre nuestro majestuoso grupo nadie podía ignorar a Julieth…más bien hablo de mi… con el glamour que suelen poseen las altas, muy pero muy flaca, seguramente debido a su enfermedad culpa de los huesos, pues era solo huesos. Siempre buscando resaltar sobre los demás, cuando no lo lograba se ponía un tanto dramática y entraba en depresión. Siempre me pareció bonita, hasta que una vez enredo su nariz en una lata filosa y su perfil cambio. Venia de una familia clase media, o sea no estaba ni bien, ni mal, me gustaba de ella que siempre quería ir por más. Le conocí tanto como se puede conocer alguien a quien se quiere, y con quien realmente no se ha tenido intimidad. Alguna vez liamos, solía pensar que la flaca tenía memoria de pez, porque siempre olvidaba todo lo referente a nosotras, curioso lo que la mente recuerda, yo más bien creo que se hacia la pendeja para no aceptar sus preferencias, igual que algunos que se empeñan en desestimar algo propio en la naturaleza.

Mi nombre Bongonash, considero que lo más importante en la vida es dar amor, conservando su bondad independiente lo que pase, ya que eso nos hacer ser mejores…pero según algunos que no se tomaron tiempo en conocerme se aferraban en opinar lo contrario diciendo que mi actitud es algo agresiva… pero que va las percepciones solo eso son, los inseguros siempre buscan como joder a los que estamos seguros de lo que somos y decimos la verdad.

Andresito mi hermanito menor, se consideraba todo un macho, no es nada guapo, pero es muy atractivo,demasiado dulce, esa dulzura suele disfrazarse de duro carácter, quienes le conocemos sabemos que es el más noble y fácil de todos, falta solamente que alguien le brinde cariño y ahí se derrite.

Los planes se vienen al piso, pero las cosas grandes suceden en cualquier oportunidad, como mis cosas predilectas, pasar tiempo en solitario, escabullirme y andar por la Candelaria, intentar colarme en algún salón, y extasiarme mirando las fotografías de la ciudad que conservan ese tinte maravilloso y novelesco, porque se bien que la vida real es una completa excrecencia… no se tiene lo que se quiere, sino que se llega a querer lo que se tiene, por ende vamos olvidando los sueños, se aleja la juventud llena de ensueños, y como se nos pasan los años…

Fue así como un día de esos en que uno no aguanta su cabeza y no le halla sentido a la existencia, ni a esa supuesta comodidad de cuatro paredes decidí ser valiente, y termine convidando a Julieth a vivir la vida conmigo, realmente considero que las dos crearemos una historia bella, nos gusta observar el arte, la sonora voz que tiene la historia, la música. Ella quería la vida bella, yo la vida buena, nos parecemos demasiado, así mismo somos completamente distintas. Yo soñadora, como disfrutaba observar lo vetusto, lo corroído, la libertad de caminar sin rumbo hasta el cansancio, siempre siendo lo que soy. A ella le gustaba materializar ese desgaste, usualmente se siente atraída por tipos vetustos, corroídos y acomplejados edipicamente, es como si todo en su vida fuera materia, sumas, acumulación, respuestas y total dependencia…

Pero es así como las almas soñadoras se encuentran, un día nos cruzamos con Arturo quien también andaba de tour por el centro histórico de Bogotá, el tipo siempre se caracterizó por contar buenas historias, Julieth opino que era bastante interesante y termino enredándose con él, para mí la verdad solo era un viejo habla mierda, no había competencia. Así que terminamos construyendo una amistad y como siempre la flaca con sus dramas no quiso continuar con el viejo y volvió a refugiarse sin memoria en mis andanzas.

Fue un sábado en el chorro de Quevedo entre aroma a hierba…perros viejos soñadores, ahí nos encontrábamos, hasta que llego la perrera…el viejo Arturo fue el primero que cayo, Pedro quedo en un garrotazo, Andresito logro huir con Camilo, la flaca y yo fuimos atrapadas…días después la adopto un pianista senil, a Andresito le vi hace poco en el parque saltando con un skater, de Camilo no supe más, siempre fue misterioso…

De mi que puedo decir…ahora vivo con una bella filosofa de cuarenta, esperando la nueva oportunidad.

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