NIÑO IRAQUÍ POR HOLLYWOOD

NIÑO IRAQUÍ POR HOLLYWOOD

Antonio Fernandez

07/12/2018

Rayham era un chico iraquí que vivía en una casa medio en ruinas junto a sus padres y sus dos hermanas, a las afueras de Bagdad, una de las ciudades más afectadas por la guerra en Irak.

¡Rayhan!, ¡Ahlam!, ¡Amina!, ¡la cena ya está lista!, ¡venid a cenar! -dijo Amira, su madre.

Rayham estaba jugando con su amigo Nael a unos metros de su casa, ya que era una aldea de casas en ruina y destruidas, en medio del desierto, mientras que sus dos hermanas, Ahlam y Amina jugaban a maquillar a sus muñecas llenas de tierra.

-¡Ya vamos mamá!, adiós Nael -dijo Rayham.

-Adiós Rayham -contestó Nael.

Rayham entró a la cocina junto a sus dos hermanas y se sentaron. Amira les puso un plato de sopa en la mesa, querían que cenaran antes de que su padre volviera a casa, era cabrero, vivían del ganado, y apenas tenían para comer. Sayid pagaba su mala situación con su familia, ya que odiaba su oficio y su propia raza.

-Muy bien, ahora a vuestro cuarto a dormir, vuestro padre estará a punto de llegar, ya sabéis, por desgracia, que odia veros comer -dijo Amira.

-Sí mamá, lo sabemos, no somos tan niños como para no saberlo -dijo Amina, la hermana mayor de Rayham.

Rayham tenía 16 años, y Amina 18, Ahlam era la más pequeña, de 6.

-Pues si lo sabéis, ya sabéis lo que tenéis que hacer.

Los tres hermanos se encerraron en la habitación con llave, ya que a Sayid le gustaba maltratar a Amira al llegar a casa por la noche, después de estar todo el día afuera. Pagaba toda su ira, odio y rabia con su pobre mujer.

-¡Ya estoy aquí!, sírveme la cena perra asquerosa, depende de cómo te portes hoy, te pegaré más fuerte o menos fuerte que ayer -dijo Sayid, al quitarse la bandolera y las botas.

-Ya voy cariño, aquí tienes la sop…

Justo cuando Amira iba a dejar el plato de sopa en la mesa, tropezó con la muñequita de Ahlam y lo tiró todo en la mesa, salpicándole el caldo a Sayid en la cara y en la camisa.

-¡Pero qué acabas de hacer puta de mierda!

Se levantó y se dirigió corriendo hacia su bastón, que se encontraba colgado justo detrás de la puerta de casa. Amira intentó resistirse, pero no lo consiguió.

-¡Espera Sayid!, ¡no!, ¡no!, ¡aaaaaaaahhhhhh! -gritó Amira llorando.

-¡Yo te voy a enseñar a ser una buena mujer!

Sayid empezó a golpearle con el bastón por todas partes, en la espalda, en la cara, y pechos…

Mientras que Rayham, Amina, y Ahlam, estaban abrazándose y llorando en la cama tapados hasta la cabeza. Rayham no aguantó más los gritos de su padre y salió a defender a su madre. Cogió la olla de la cocina y le golpeó en la cabeza, cometiendo un gran error.

-Rayham, ¿pero qué has hecho?, ¡ahora vuestro padre querrá mataros a vosotros!, ¡marchaos!, ¡los tres!, ¡ahora mismo!, ¡huid lo más lejos posible!

-¿Qué dices mamá? -preguntó Amina asustada.

-¡Qué os marchéis!

Los tres hermanos no tuvieron más remedio que huir hacia Marruecos ellos solos.

De camino, cuando ya habían atravesado gran parte de Marruecos y estaban a punto de llegar a Tánger, y he allí, buscar una solución, Rayham le iba decir a su hermana su grandiosa idea.

-¿Sabes Amina?, a veces me pregunto por qué todo esto tiene que existir.

-¿Cómo qué? -preguntó Amina.

-El mal -contestó Rayham con una lágrima a punto de salir de sus ojos verdes y mirando hacia el suelo.

-Yo no tengo exactamente una respuesta para eso, pero a veces creo que pasan cosas así, como las guerras, el desprecio a las razas, la violencia que desata el hombre sobre la mujer, la desigualdad, la pobreza…

-Cómo me gustaría crear una película y proyectar todos esos miles de males. ¡Un momento!, ¡eso es!, ¡Hollywood!, el hogar del cine, lo vi en un folleto de propaganda estadounidense muy estropeado, seguramente sería de algún soldado norteamericano, yo siempre he soñado con hacer algo que cambiara el mundo para siempre, después de todo lo que hemos visto, vivido y sufrido -dijo Rayham.

-¿Y qué pretendes?, ¿qué vayamos a Estados Unidos?, ¿sabes dónde está?

-No hay nada imposible, hagamos nuestra historia pública, y ayudemos a acabar con la guerra en Irak, hagamos que proyecten miles de males en una gran pantalla gigante, que nosotros no conocemos, ni nunca hemos visto, pero a la que otros países llaman cine, ¿estás conmigo?

-Creo que estás loco, pero vale, hagámoslo, los tres juntos.

Al llegar a Tánger, a Rayham se le ocurrió una gran idea. Utilizar un buque mercante que les llevara al puerto de Los Ángeles. Llegaron hasta Los Ángeles de polizón en un buque de Maersk. Fue una travesía de casi 2 años. Cuando llegaron a Los Ángeles, Rayham ya había cumplido los 18 años, Amina estaba a punto de cumplir 20, y Ahlam ya tenía 8 años.

Tardaron en recorrer andando gran parte de Los Ángeles, hasta llegar al distrito de Hollywood. Cuando llegaron, y empezaron a caminar por las calles de Hollywood, la gente se les quedaba mirando con caras muy raras, no era de costumbre ver a musulmanes paseando por Los Ángeles, ni por Hollywood. Algunos los miraban con cara de asco y otros con cara de pena. Rayham explotó, y empezó a gritar llorando al ver como los trataban y miraban, nadie se atrevía a darles algo de comer o algo de ropa, al ver su aspecto.

-¡Qué es lo que pasa!, ¡nosotros también somos seres humanos!, ¡si estamos aquí es por un gran motivo! -dijo Rayham con mucha dificultad, con su acento árabe.

Aprendió a hablar un poco en inglés gracias a un periódico estadounidense que se encontró un día, en Bagdad.

Nadie dijo nada, muchos se pararon y se les quedaron mirando, pero de repente, apareció de la nada, el gran productor y director de cine Steven Spielberg y dijo-:

Estoy dispuesto a escucharos.

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