Un Nuevo Invierno

La lluvia caìa de forma serena, se podia sentir un aire hùmedo que se compaginaba con el humo que desprendìa el motor, aquel aroma y el sonido del auro estremecerse al pasar por los baches del camino, me producìa cierta placidez, era como una anestecia que adormecìa mi mente.

Emily, en el otro extremo del asiento dibujaba emojis en el vidrio empañado, mientras Katy, sentada entre ambos peinaba su muñeca de porcelana con una sonrisa de orgullo en el rostro. Yo solo me inmutaba en apreciar los altos robles que se alzaban del gran bosque, avizorando cada parte se dus largos troncos y sus fondosas copas que aparentaban alzarse hasta las nubes.

– Ya casi llegamos niños. dijo Rosa esbozando una sonrisa por el retrovisor.

– Vais a ver lo hermosa que vuestra nueva casa, la compramos para su llegada, es muy espaciosa y tiene unas vistas increibles hacia el lago. os va encantar os lo aseguro. dijo Samuel mientras se volvia para mirarnos.

– ¿ Y podemos nadar ? pregunto Katy con ingenuidad.

– Si. Pero bajo nuestro cuidado. replico Rosa

– ¡yupiii! gritaron Katy y Emily al unisono

– Que dices David de gustaria nadar un poco? pregunto Samuel sonriente.

– Es invierno, hace demaciado frio para nadar. replique en tono gris

– Bueno David, ya veraz que cuando sea verano querras nadar a diario. dijo Rosa haciendome una mueca

– como sea. dije entre dientes

El auto aparco frente a un gran arbol del que colgaba un columpio oxidado

– Bueno aqui es. dijo Rosa desabrochandose el cinturon

Emily y Katy bajaron rapidamente del auto, tomando direcciòn al lago

– Guauu es enorme dijo Emily entusiasmada

– Eyy niñas no se alejen mucho. dijo Rosa mientras bajaba. Samuel la siguio sonriente.

– Y que dicen ¿les gusta? pregunto Samuel

¡siii nos encanta! gritaron Katy y Emily

– ¿Ay muchos pececitos aqui? pregunto Katy en tono agudo.

– jajajajj De seguro que si. dijo Rosa entre risas

– Eyy David no vienes? grito Samuel

Titubee un instante, pero finalmente baje del auto. Las hojas secas se partian con mi caminar, produciendo un crujido con cada pisada.