​HISTORIA DE UN VIAJE

​HISTORIA DE UN VIAJE

Federica Rogeles

11/06/2019

Hace mucho he emprendido un viaje…uno interno, personal, profundo…en este viaje me he perdido infinidad de veces, he llorado inconsolable, he sonreído un tiempo, he conocido la verdad en los seres humanos, y la crueldad en su naturaleza.

En algunas ocasiones he amado hasta la locura y me he sentido resentida y triste…

Este es un viaje continuo que no tiene comienzo y por supuesto final, a veces me he sentido valientemente cínica y otras veces se ha destrozado hasta la partícula más minúscula en mí.

He caminado con zapatos que tallan y con cómodas sandalias que me permiten tocar el pasto, ese verde y cálido pasto sobre el cual posara un día mi infancia.

Aun escucho el eco de los guaduales meciéndose, y yo observándolos con los ojos llenos de sueños e ingenuidad.

Considero que mi viaje lo emprendí sin saberlo, sin tomar la decisión, me vi solo un día en aquel camino que debía recorrer, corría cuan cometa mecida y libre dejándose llevar por el viento, la risa, los amores y los deseos infantiles que solo guardan delicia.

En este viaje mi tez ha cambiado, cada vez la piel se transforma, el cabello cae como todo lo demás, y como en este viaje se encuentran grietas montañas y lluvia, así se ha transformado mi estampa…los viajes los hacemos solos y se supone que el objetivo es maravillarnos, hacernos conocedores e independientes.

En mi viaje he comido pocas bocas, pero las he devorado famélica y ardiente… en mi viaje he soñado despierta, y he caído tantas veces del catre… en mi viaje mi cama ha estado desierta de lujuriosa carne, pero la han llenado mis seres amados que me acompañan a no estar sola…mi lecho hace tiempo no chirría, pero en ella no ha faltado la fogosidad, la música y las fantasías…

Continúa mi viaje y hay demasiadas historias para contar, historias histéricas, historias excitantes, historias que solo son penas, y penas que guardan los recuerdos bellos de mis seres amados.

En mi viaje ha habido demasiado llanto, por lo que nunca ha habido sed verdadera.

Mis dedos han volado apasionados a través del teclado , y el lápiz ha bailado con ellos al vaivén de mis recuerdos, prudentes y coquetos… tal como en aquellas pieles que un día y no más que un día estrujaron apasionadas mis entrañas

En mi viaje he llorado…como he llorado…pero he amado tanto que el llanto se ha secado.

He soñado con tanto amor, y he soñado con tanto encanto, he soñado con dolor y enfado, y sigo en mi viaje…porque es un viaje continuo, interior, profundo y personal… en el que aprendo con cada tropiezo.

El viaje continua y aunque me pierda, siempre me encuentro…y descubro que soy una mujer…una mujer maravillosa, una mujer imparable e independiente, una mujer que viaja sola, una mujer emprendiendo el viaje al saber, al sentir…

He descubierto que no todas las verdades están dichas, y que el que creer tener la verdad está más perdido que nunca.

Mi viaje es nocturno, mis sueños taciturnamente profundos y fantasiosos.

En mi viaje he conocido a todas mis mujeres amadas… de mi abuela aprendí a soñar, conocí la magia, la fantasía, la invención del juego en dos botones, conocí el amor verdadero, la calidez que aguarda en una piel arrugadita , la sabiduría en sus brillantes canas, el poder de su oración…también aprendí que las cosas simples tienden a ser las más importantes, aprendí todo el amor que hay en una taza de tinto caliente y esos ojitos brillosos aguardando tu llegada…

…de mi madre herede los ojos tristes…pero la mirada firme en mi carácter, la melancolía, la honestidad, la escritura, la locura, la poesía…el llanto, y las ganas de amar, el desinterés, y a tener siempre los brazos abiertos al amor.

De mis hermanitas aprendí la diferencia, la histeria, la dulzura, el valor de la familia, la honestidad, la lucha, la independencia, la fortaleza…De mis mujeres amadas he aprendido que las mujeres somos fuertemente grandes, que las mujeres movemos el mundo, que las mujeres nutrimos el mundo…que los viajes son continuos que lo que cambia solo es la ruta, y que independiente el camino uno llega donde quiere llegar…donde debe llegar…

De la ausencia de mi abuela aprendí, que lo único importante es estar vivo, que el amor no muere en la ausencia… y de mi madre sigo aprendiendo que vale la pena ser un buen ser humano, desinteresado y con conciencia, que no debes dejar de ser quien eres por agradar, pero que debes potenciar ese ser maravilloso que hay en ti… aprendí que la nobleza se hereda, que el amor se lleva en las venas… los sueños en la cabeza, y que mientras haya vida, sueños, amor y fantasía todo ha de ser posible.

En mi viaje he amado profundamente, y también he mentido enredada en una sudorosa sabana, he sido también una persona que a veces olvida y se deja intoxicar por la comodidad y el materialismo. He cambiado bienestar por dinero, he dejado a personas amadas por otras que solo me han dado sexo, he sido hipócrita y he jugado a encajar en la sociedad, pero lo único que he aprendido de tantos tropiezos en mi viaje, es que debo ser una persona que defiende sus ideales y luchar por ellos…que la vida tiene un orden perfecto, que el viaje no acaba… por lo que tienes mucho tiempo para continuar e ir en la búsqueda de tus sueños.

He aprendido que soy una mujer, y no quiero ser nada diferente, porque las mujeres somos fortaleza, somos alimento, somos vida, somos amor, y si somos mujeres existirá la magia y seguiremos creando caminos… reales e imaginarios, caminos para salirse y volver a entrar en la realidad.

He emprendido un viaje, un viaje solitario, profundo y personal…

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