Frágil Cotidianidad

Frágil Cotidianidad

Antonio Fernandez

08/03/2023

Infraordinario: Frágil Cotidianidad.

Lo extraordinario del mundo que pisamos es la oculta pero evidente cotidianidad que nos rodea. Aquello que es efímero, fugaz y espontáneo es la esencia fundamental de nuestras vidas. Le prestamos demasiada atención al universo en su inmensa complejidad y no a la fina exactitud en particular que permite que todo aquello sea posible. A diario somos espectadores de maravillosa naturaleza cuya atención es otorgada cuando es destruida por el fuego de nuestra propia ignorancia. Vivimos rodeados de inmensas montañas y majestuosos volcanes imperceptibles excepto durante su despertar catastrófico. Frecuentamos inconscientemente las mismas calles y los mismos parques cuya vida social y cultural despierta interés en nosotros cuando nos es privada la libertad innata. La política y sus sucios principios no causan reniego en su pueblo a menos que la misma interceda en su ego y frágil criterio. El interés y la vanidad pasan desapercibidas hipócritamente bajo una tela de caos siempre y cuando no sea uno la víctima. La iglesia y sus escándalos, Dios y sus abusos reposan en silencio hasta que su propia verdad divina los delata. La guerra y su destrucción marcan el rumbo de almas inocentes, pero parecen llegar a nuestros oídos indiferentes en efímeros momentos de solidaridad y fechas de paz. El hambre y la pobreza danzan al unísono victoriosos hasta que el remordimiento de nuestra conciencia parece hablar y nos hace actuar, para luego desaparecer y borrar todo rastro de bondad. El irrevocable surgir de los imbéciles e incomprendidos contaminan la razón y el orden hasta llegar a una sociedad en decadencia. La muerte y su dulce encanto trágico reina el rumbo del mundo bajo sus oscuras nubes, pero la llegamos a temer en agonía y desesperación. La vida camina lentamente al umbral de nuestros ojos y es desaprovechada sin meditar hasta que el paso inevitable del tiempo pasa factura a nuestros frágiles cuerpos y débiles mentes, ¿A qué le prestamos atención entonces? ¿Por qué vivir se ha convertido en una generalidad sin sentido? Quizá la respuesta se halle en lo más profundo de nuestra naturaleza.

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