EL EMBRUJO
El embrujo de la noche sedujo al anacoreta,
su pugna era dejar atrás la hojarasca
y someter el albur,
enarbolar su herejía
para con su alquimia dominar
la tormenta.
¡HAGAMOS UNA OFRENDA A LA VIDA!
¡Hagamos una ofrenda a la vida!
Resistamos los envites que a veces nos traiga la ventisca
Atendamos a lo que nuestro corazón nos pida
Bebamos siempre el acuoso fruto
Disfrutemos del embrujo del cristal dorado
No perdamos nunca la brújula que nos evitará el naufragio
Pugnemos para evitar que las oscilaciones que suframos nos nublen la memoria
Arremolinemos y expulsemos las aguas sucias y saciémonos de las aguas claras
Serán ellas las que alimenten nuestros días y nos den felicidad en nuestras noches.
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