Querido yo, espero que te encuentres muy bien, sé que ha está hora estas desayunando como siempre, leyendo alguna nota de Facebook, alguna publicación de twitter o bien algún estado de whatsApp, normalmente desayunando lento para que te dé el chance de ver todo lo que te interesa y luego salir corriendo a tomar el autobús para llegar en tiempo al trabajo, sabes que podría describir todo de lo que eres capaz de hacer incluso las emociones más profundas y costumbres.

Qué triste saber que le brindas más tiempo a las redes sociales que a tu vida misma, es la hora y no logro entender tanto inhumanismo en alguien aparentemente humano,amas la perfección pero tus caminos no son tan perfectos, te gustan los días felices pero no logras dar nada sin pedir algo a cambio, nos quejamos de lo que pasa en el mundo pero no somos capaces de cambiar nuestras actitudes.

Recuerdas aquella vez que visitando el cyber olvidaste entregar la memoria al chico de camisa naranja, cuando él se regresó a buscarla, te importo poco los trabajos que guardaba , sus tareas, la tristeza que reflejaba en su rostro al no poder entregar el trabajo en clase , en cambio fue tu primer alimento de codicia y hurto que hiciste, dejándolo pasar, así aprendiste a copiar las tareas de tus compañeros de clase para no perder los puntos y cada vez que tomabas el autobús hacia algún lugar te ponías la venda imaginaria para no ver a las señoras embarazadas y no sentirte incomodo en dicha situación, alimentabas tu alma con una dosis de amargura, hacia tu propia familia, los vecinos eran imán de tus disgustos, la desilusión encontrada, era la piedra refilada que tu loca cabeza imaginaba.

Te formaste como caballero errante con una vida sin rumbo, creíste que haciendo sentir mal a los demás, te sentirías mejor tú mismo. El clásico humano que libera sus temores en la otra persona.

Cavaste la tumba de tus mentiras, y navegaste en el mar de tus engaños al decir muchas veces te amo y no teniendo ningún sentido; terror, dolor, amargura y desilusión, son los cuatro elementos que cobijan tu corazón, pobre engañado y congelado por ser su propio dueño.

Siempre pidiendo lo mejor para ti mismo y no teniendo una pizca de sentimiento para los demás, entonces te recuerdo el refrán de la abuela no hagas lo que no te gusta que te hagan, decía.

Deja de ver la vida desde lejos ,aprende acariciar cada huella, cada herida, intenta dar el paso diario sin temor,deja de engañar al corazón con tu imaginación esperando el cambio en la sociedad , cuando en tu mente aún sigues pensando como pobre , por no tener el materialismo de los ricos.

!Levanta tu rostro!,!despierta que aún estás vivo!, y si en algún momento te quebrantas, recuerda que somos barro en manos del alfarero, sonríe, respira, salta, baila, corre, abraza, juega, aconseja, ve la vida más allá del límite de los ojos humanos, así como la línea que traza el horizonte del mar, habla y corrige con amor, no juzgues sin conocer, escucha, ánima, proyéctate inalcanzablemente como la constelación de las estrellas, pero que se logra ver desde cualquier parte del mundo, se luz y sal, pero no levadura.

No olvides desarrollar habilidades de gentileza, amabilidad y cordialidad, que generen la dopamina-serotonina necesaria en tu cuerpo estimulando energía para el cambio positivo en tu vida, y en la vida de los demás permitiendo a los desamparados y oprimidos vivir en un mundo donde sea escuchados y atendidos, haciendo ver que nuestros hermanos necesitan más comidas que guerras, más libros que celulares, más paz que temor y sobre todo más amor que envidia.

Es el mañana perfecto

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