Estando a tu lado compañero mío,

con firme esperanza, pasos lentos,

abrí un cúmulo de sueños.

Y en el atardecer inmenso,

la alegría de ver tu ojos claros

cual lira plena de canto

matizaron de esplendor mi vida.

En hondas tempestades

suspiré por ti,

interminables en noches de soledad

que apagaron mi felicidad.

Enamorada del poeta

que canto versos inspirados en otro amor,

caminé largos caminos,

contemplé pedazo a pedazo

su ser alegre, cauto, fogoso.

Y en lo alto el sol refulgente

Iluminaba el
sendero,

El viento envolvió su ser.

Y el amor se quedó,

en la calle con su suave fragancia,

en la aventura del colegio,

en el aire con suave brisa,

en el aula de clase.

El tiempo se detuvo por momentos,

sin razón,
dejando dolor

anunciando paso a paso

que solo eras… mi compañero

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