De porches y azoteas
Yo vivía metido para adentro, como el forro de una chaqueta, con esa sensación continua de que va a pasar algo, pero no pasa. Soy de Oregón y ya se sabe que esa tierra te aboca inevitablemente al ostracismo.Una infancia jugando permanentemente al escondite, entre el centeno, suele llevar a que ni siquiera te encuentres a...