𝓛𝓞 𝓢𝓤𝓑𝓛𝓘𝓜𝓔 𝓓𝓔𝓛 𝓐𝓜𝓞𝓡…. 𝓔𝓛 𝓑𝓔𝓢𝓞

𝓛𝓞 𝓢𝓤𝓑𝓛𝓘𝓜𝓔 𝓓𝓔𝓛 𝓐𝓜𝓞𝓡…. 𝓔𝓛 𝓑𝓔𝓢𝓞

Todo comenzó con un beso.

Un día de verano caminando por la playa, viendo el mar. 

Un hombre guapo se aproximó hacia a mí, continúe sumida en

mis pensamientos,

Pensando –hoy cumplo veinte y aún no conozco el amor,

Suspiraba preguntándome -¿será que el amor existe en la eternidad?,

Mientras observaba las gaviotas volar.

Él me miro, me sonrió, yo hice como que no vi,

Se acercó para decir: -¡Hola!,

Pregunto -¿de casualidad, tu nombre es Ester?,

Sorprendida de que supiera mi nombre, cuestione -¿por qué?

Él sonrió para referir –te observe desde lejos, y te me haces conocida,

-sí – agregue ese es mi nombre, -¿por qué?-,

Señalándose a sí mismo refirió –soy yo, David, ¿te acuerdas de mí?

Lo observe por un momento no se me hacía conocido,

Señalo – ¡acuérdate!, David de sexto de primaria.

Recuerdas cuando en el recreo de la escuela jugábamos,

Yo te jalaba las trenzas, tú los pies me pisabas.

-¡David! exclame lo recordaba, fue mi mejor amigo de la infancia.

Por años había dejado de saber de él,

Quien lo hubiera imaginado que ahora lo encontrara en este paradisiaco lugar,

¡No lo podía creer!

Emparejándose a mi lado pregunto, -¿por qué tan sola?,

En ese tiempo estaba muy decepcionada del amor.

Mientras caminábamos a la orilla de ese Edén,

Las olas acariciaban nuestros pies,

Platicamos, charlamos nos pusimos al tanto de nuestras vidas.

Me quede mirándolo por un momento, mientras

Escuchaba las olas en su dulce y suave cantar.

Sonriéndole con mi alma entera,

Me vi en sus ojos azules, azules como el cielo, profundo como el mar.

Vimos el sol ponerse y después desparecer,

Vimos la noche caer, y las estrellas tintinear en el cielo.

La luna llena se asomó dejando su huella en el mar.

Nos sentamos admirar la hermosura del lugar,

Nos pusimos a jugar a las estrellas contar,

Señalando un lucero refirió- dicen que ese lucero concede deseos,

Sugirió -¿vamos a pedirlos?-, antes de hacerlo

Recalco – aunque mi deseo es, que siempre seas feliz.

Pedimos nuestros deseos.

En un momento de silencio nuestras miradas se encontraron,

Mirándome dulcemente agrego

-siempre que venía a este lugar evocaba tu recuerdo,

Tu sonrisa, tus ojos color miel.

Siempre me preguntaba -¿dónde estará Ester?

Tomándome suavemente de la mano 

Me atrajo hacia sí, mientras su mirada penetraba

mi alma enamorada,

Susurrando en mi oído

Señalo -hay miradas que son besos, y besos que son palabras-. 

Nuestras bocas callaron, acercándose a mí,

Gemí ante el aroma de su perfumado aliento.

Vibre con el suave tacto de sus labios,

Eran dulces como caramelo, blandos como bombón.

Nuestros besos hablaron,

Eran besos lentos, besos suaves, besos perfectos,

Besos llenos de dulzura que en mis labios dejaron el sabor de la colmena.

Mientras me besaba entre susurros murmuraba

-Bésame con un beso enamorado, como nunca me han besado,

Deja en mis labios la huella de tu aliento, y la dulzura de tu boca-.

-¡Qué con un beso te has robado…mi corazón entero!-

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS