«Love Story». Amores Paralelos

“Amar significa nunca tener que pedir perdón”. 

Prólogo

Había escapado de Shahzad. El boleto de avión del Vuelo 36 M. partía de Bagdad con destino Argentina. Aunque lo amaba, no era fácil ser la esposa extranjera de un musulmán en un país ajeno. Ni me despedí. No quise. Hubiera impedido mi partida. Una vez atrapada entre sus brazos, me habría besado recostándome en el lugar de siempre y ¡adiós escape!

1.

La entrada al pueblo lucía igual. Los habitantes serranos eran muy conservadores.
La calle principal me llevó al viejo cine.

¡»Love Story»! Retrocedí a 1970, año que vi la película junto a Shahzad, un desconocido que el azar sentó a mi lado. Las entradas estaban agotadas. No podías elegir. Nunca supe cómo nos convertimos en los protagonistas del film ¡Ni nos parecíamos! Jenny, llevaba cabello largo oscuro. Yo, corto claro. Óliver, era rubio de ojos verdes. Shahzad, moreno de ojos y pelo renegridos.

Tampoco entendí como terminamos abrazados besándonos al unísono con la pareja de «Love Story».

Quizás, fue la música seductora (ganó el Óscar) la que nos embriagó llevándonos al beso.

Quizás, la nieve caía afuera y también adentro. Cubría la sala, y, como en la película, nos revolcamos junto a los actores besándonos de nuevo.

Quizás, la enfermedad de Jenny, la misma de mi hermano, me acercó a él buscando consuelo y después de sentir su calidez y atractivo, no pude alejarme más. Como sea, así comenzamos. Después, todo fue rápido. Nos casamos por civil (su religión no permitía otra forma). Pasada la ceremonia llegamos a la fiesta. 

La luna de miel en una cabaña y la partida a Bagdad, duraron menos de lo que canta un gallo.

2.

Volví al presente. Me detuve en el bar Don Juan por un café.

El cantinero me reconoció. Charlamos como viejos amigos. Me contó chismes del pueblo. Recordó a Shahzad y nuestra rápida boda y partida. Me retiré. Cuando intenté salir, alguien empujó la puerta. Cedí el paso: ¡Sorpresa!, era él.

Asombrada susurré: «¿Vos…?».

«¡Siií, yooo!¡Con 20 horas de vuelo encima!».

Sin responderle subí al coche y huí. Acaso…,¿era tán fácil escapar del amor? ¿Debía abandonarlo sin buscar otra salida? Los enamorados de «Love Story» no tuvieron elección. Nosotros sí…

3.

La cabaña de la Luna de Miel quedaba a unos kms del pueblo. Tardé en trepar la montaña. De pronto, un taxi se atravesó impidiéndome seguir. De él bajó Shahzad. Sin pedir permiso subió al auto. Sin pedir permiso me besó. No hubo reproches. No hubo: «perdóname». Sólo besos. Como en 1970. Como en «Love Story».

Epílogo

Me cargó en sus brazos para ingresar a la cabaña. Los boletos de vuelta a Bagdad volaron por los aires junto a la película. Esa noche, comenzamos a escribir nuestra propia versión de «Love Story». 

Afuera, había comenzado a nevar…

Anexo                                       (Los actores 50 años después)