Eduardo Moll, el último beat

Eduardo Moll, el último beat

Javier Artero

03/10/2018

-¡Eres un hijo de puta!, ¡eres un cáncer!

-¡Papá no!, ¡para de pegarme!, ¡por favor!

A Eduardo le pegaba su padre palizas día a día, sufría mucho.

-¡José!, ¡déjalo!-dijo Sophie, la madre de Eduardo, que era francesa.

-¡Cállate!

Mientras José seguía pegándole a Eduardo con la correa, Sophie fue rápidamente a la cocina y cogió del armario donde se guardaban todas las legumbres, y todo tipo de especias, el revólver que estaba escondido en el bote de lentejas, lo vació y cogió el arma.

Se dirigió hacia José y le dijo:

-Apártate de mi hijo, hijo de puta.

-¿Pero qué haces zorra?

-¡Lo que ves!, ¡qué te apartes de mi hijo!, ¡y lárgate de aquí!, ¡desaparece de nuestras vidas!

-Está bien, me iré, pero os arrepentiréis.

Pasaron 8 años, Eduardo y Sophie pasaban hambre, hasta que un día, Eduardo ya tenía 16 años, y decidió ir a una tienda de libros, para comprarse uno que mereciera la pena, ya que tenía muy poco dinero para comprar, leer un libro, quizás era la forma perfecta de entretenerse en los años 80, fue algo curioso, nada más ver el escaparate, se fijó en un libro de la generación beat, titulado «Aullido», del escritor Allen Ginsberg.

Al comprarlo, volvió a casa, un piso enpobrecido, en el barrio de Vallecas, de Madrid. Presintió algo al leerlo.

-Mamá, no sé por qué, pero este libro me genera muchas sensaciones, presiento algo.

-¿Y por qué no escribes uno?, tienes mucha imaginación.

-¡Claro!, ¡gracias mamá!, ¡haz de tus mayores defectos, tus mayores dones!, ¡te quiero!

Eduardo empezó a escribir un libro con temas variados, (la libertad sexual, las drogas….), un tema que daría mucho de que hablar en la década de los 80.

-Ya he acabado mi libro, ¿y ahora qué hago con él?-pensó Eduardo.

Se titulaba: «La matriz escondida», toda una historia de amor, sufrimiento, y los horrores de los años 80.

Pasaron 5 años desde que escribió el libro, con 21 años seguía luchando por darle vida a su libro. Fue a la sede de Editoriales Alfaguara, les ofreció su libro, fueron unos bordes con él, pero aceptaron leerlo, y si les gustaba la historia, publicarían el libro.

Fue el director el que tomó la decisión, dijo que no, pero Eduardo dijo unas palabras que cambiaron su vida para siempre.

-Señor Moll, no vamos a publicar su libro, lo lamento-dijo Camilo José Cela.

-Vale, está bien, pero piénselo, ¿de verdad cree que un chaval de 16 años habría escrito un libro, si no fuera por lo que ha sufrido en la vida?, ¿de verdad cree que gran artista nace así porque así?, pues no, para ser un gran artista, hay que tener una mente atormentada, y ser una gran persona resiliente, pero si no va a publicar mi libro, lamento las molestias.

Eduardo se dio la vuelta, para irse, y de repente Camilo José Cela, le dice:

-¡Espera!, Eduardo, me acabas de demostrar lo que es la vida, con tus palabras, enhorabuena, publicamos tu libro.


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