Los Sinsabores

Los Sinsabores

jhon cruz

01/08/2020

En medio de la parrillada gaucha entre el humo y el programa de radio de los Beatles, ella buscó el retrato carcomido de su Isidore, el conde. Ya ha pasado tanto tiempo y el presidente francés no ha querido decir que “sí” un simple “sí” y todo este coloquio dijo Alan estaría dado para una nueva poesía donde la prometida consigue el beso nupcial.

Montevideo y Buenos Aires no están tan lejos de Paris, un pan de maíz no esta tan lejos del cruasán, pero ella no hace estos asados a petición de sus amigos o familiares , yo le conozco desde las sombras , ella usa aromas para torturar los sentidos y matar sus comensales, sí no me creen, ¿dígame donde esta Mireya y Fabiana? ¡Por Dios, que se apiade de su alma!

Una vez Roberto Maximillo colgó el teléfono a través de su cámara sensitiva y dronliable busco por todo el jardín a su vecina, las huellas del aberrante asesinato de sus amigas eran su razón de vivir a este momento, el olor a sangre se quemaba con los pinos y el roble aceitoso que chispojeaba en la brasa, y volvió a marcar a su amigo al otro lado de la calle.

—¿Estás? —¿Puedes verla?—susurrro Max.

—Sí, está escribiendo en su puto ordenador —contesto Jorge—.

—Maldita la hora en que le preste el libro de recetas —¿y las chicas?—volvio a gesticular.

—Desde este ángulo lo único que veo, es la loca, metiendo unas mantas en el contenedor, esta vestida de novia…jajja— contesto Jorge Luis—.

—¿Sangre? —Ves, sangre…maldito Jorge, eres ciego puto.—gritando Roberto tiro el telefono.

—¡Sí!— llama la poli…Roberto…—añadio Jorge mientras zapateaba.

En la parrilla el buen corte de pierna se doraban mientras el merlot frio a 4c respiraba en la copa, un Email ingreso y el teléfono mostró una imagen de ellos en Paris, Max y Shisaldine en el cementerio de Pantin a las afueras de París.

  Cuando la autoridad  corrió la filmacion la cámara mostró en confusas imágenes que la mesa estaba dispuesta para cinco. Y había existido una lucha a muerte, los cuerpos de dos humanos estaban dando vueltas en el piso.

El E-mail, era de la embajada de Francia donde el presidente Francés en un acto de total convencimiento otorga su permiso para el matrimonio entre Shisaldine y el Conde de Lautréamont, aludiendo a su decisión que “el amor vence la muerte”.

Hoy, desde el exilio Roberto cuenta como fue este pasaje de su vida, mientras saborea un café con leche y fuma un cigarrillo en la cafetería de la calle de las victorias, donde todo comenzó.

Shisaldine, es una conocida you tubers, da recetas desde la cárcel de mujeres. Esta feliz mente casada.

Jorge Luis, el vecino de Max y amigo personal de Alan, se casó al final y vive en Ginebra.

Yo, simplemente leo a Roberto y junto monedas para pagar, luego volveré a casa y lo más seguro es que me tome un tinto antes de dormir.

Escuchando los Beatles.

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