Ahora solo tenía que correr a cualquier lado, ya eran muchos días y aún no hacía su aparición acostumbrada.

Era alguien de muy mal genio, cínicamente debo admitir que me daba culillo como dicen por ahí. La verdad no sé qué le iba a decir cuando llegara, y lo más probable es que me respondería con literal cachetada, pero bueno era más fácil tratar de huir que afrontarlo con argumentos rebuscados.

Quién iba a pensar que a los 34 años me estaría escondiendo de alguien que en realidad no era nadie en una situación normal.

Había llegado casi al fondo, pero es que cuando uno decide en serio ser escritor tiene que librarse de muchos lazos, o termina por asfixiarse, o peor aún, chiflarse como unos tantos que tiene por ahí guardados.

Para completar recibía cada tres días la sutil llamada del Banco para recordarme mis obligaciones: “Señora Adriana, le estamos llamando de Bancolombia…cómo se encuentra el día de hoy…Señora Adriana le recordamos que su tarjeta Visa tiene una mora de 60 días y el valor de la cuota es de $850.750. La tarjeta Maestro también tiene una mora de 60 días y está por valor de $970.375, y la tarjeta American Express tiene un saldo de $ 999.375. ¿Señora Adriana, cuando desea pasar por nuestras sucursales a ponerse al día con sus cuotas, señora Adriana sabía usted que esto le genera mal hábito de pago, y le suma intereses adicionales?”

Y eso que no eran solo las cuotas, ya había exprimido hasta el último centavo del cupo de las dichosas tarjetas, y el cupo total ya abarcaba los $7.000.000. Ahora ya me parecía trillado responder con la misma carreta de cada tres días: “Si señor yo mejor que nadie soy consciente de mis obligaciones, y a mí más que a nadie me afecta, pero es que tuve una calamidad y me quede sin plata, pero apenas tenga lo primer que hago es ir a pagar, señor yo tengo muy presente mis créditos…jeje…me reía sola, pero que más podía hacer por ahora. Pero es que cuando uno en verdad desea hacer algo tiene que arriesgarse, apostar todo por un sueño, y asumir lo que venga.

Pero es que estar sometida durante 12 horas diarias a un trabajo que detestaba, y cuan cotorra repetir la misma basura por horas resultaba asfixiante…en pocas palabras tenía que mamarme toda la estupidez y las ganas de joder de gente que no conocía, y la verdad ya sentía que definitivamente estaba malgastando mi tiempo, pues bien sabía que había nacido para otra cosa, para cosas grandes….

Que placer me llegaron casi los 40…ahora con angustia me dirigía a cualquier lugar donde pudiera “refugiarme”, y qué mejor lugar que la Universidad a la que no venía desde hace un año.

Pero hoy era distinto, hoy quería leer para inspirarme, y este tal Charles Bukowsky me había logrado impactar con “Erecciones, Eyaculaciones, Exhibiciones, y con su poema de Cómo ser un gran escritor…no sé qué me había impactado más, su cinismo, la crudeza en sus palabras, o la similitud con mi vida ahora…así que no podía abandonarlo. Es como si de repente hubiera iluminado la calle de mi cráneo, y mis ganas estuvieran en ebullición.

Así que aquella visita tan “anhelada”, no me vería hoy, porque me estaría escondiendo aun cuando no tuviera con que pagarle.

De esta semana no pasaría que llegara Don Vicente, el dueño del apartamento para cobrarme los casi dos millones de pesos de renta…imagino que me dirá…Doña Adriana, cuando yo le arrende pensé que usted era una persona seria…”mejor lárguese y no me pague nada…jajaja, si me dijera eso sería un alivio…

No así no sería: mire señora yo no estoy para dar plazos, tiene dos días o la desalojo…o simplemente me agarraría a bastonazos.

Igual lo que pasara tenía que pasar (esa era mi forma optimista de ponerle la cara a las situaciones difíciles) y siempre resulta siendo más trágico de lo que uno se puede imaginar, o como soñadora que soy me podría decir: Adrianita tranquila, consiga la plata y apenas la tenga me llama…

Uhmm… como me gustaría que dijera eso, así que esa visita usual” me exaltaba un poco”, más que la de los 28 días.

Pero es que si uno va a llegar al fondo debe hacerlo con estilo, como pensaba hacerlo abriendo un nuevo crédito en Spring Step, $ 700.000 en zapatos…pero no contaba con que para rematar me robaran la billetera y los 60 dólares que mi mama había traído de su extenso viaje a Panamá, y que estaban destinados para el arriendo, y los dientecitos de Camilita, el dólar de recuerdo que tenia de Mita…ah sin contar todos mis documentos que tendría que pagar de nuevo…

Y es que el mes pasado apretadamente pude conseguir los $900.000 del arriendo, un tal Chiqui me presto $200.000 con la promesa de dárselos en un mes, y $ 400.000 que me presto Arsenio, el marido de mi mama, con el compromiso de pagarle en tres días (y de eso ya van 2 meses), el resto ya no recuerdo cómo lo conseguí.

Lo cierto es que este mes ya no había de donde…pues los $400.000 que tenía los administre como mejor pude, $63.000 para la luz, $ 30.000 para el gas, $200.000 en el agua…y pues con mis planes de ser escritora debía mandar a imprimir 3 juegos de textos para el concurso,, y otros tres para cuento, además de anillarlos, y pues cuando no hay abundancia de dinero todo resulta caro…ya no me alcanzaba ni para el acetaminofén y Coca-Cola que me calmaba el dolor de cabeza.

Esta es una experiencia que ha de dejarme muchas anécdotas, buenas y no tan buenas…pues puede ser que al volver me encuentre cara a cara a Don Vicente con su bastón de madera…pero quiero ser escritora, de las que ganan, no tanto famosa, más bien leída…. Y no daré mi brazo a torcer…puede que encuentre mi mecenas…

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS