En las Sombras

Y era aquel hombre todo lo que podía haber querido … hermosa sonrisa, alto, piel morena, de recia complexión. Muy educado y propio en su trato, el mejor en su trabajo, fogoso, apasionado y capaz de detener el tiempo con un beso; las últimas descripciones las descubrí luego de que

se acercara a mí, aparentemente con inocentes intenciones: «Te doy un aventón, te acompaño; es muy peligroso que vayas por ahí sola».
Nuestra jefa lo tenía en alta estima, y no era para menos, su honradez y disposición eran su carta de presentación.
Ambos eramos jóvenes y con muchas ganas de luchar, yo en una relación a la deriva y una hija con tres primaveras; él con apenas dos años de casado y un bebé de escasos 45 días de nacido.
Nos han encomendado misiones juntos y hemos descubierto que hacemos buen equipo, un momento … algo se está tornando muy personal, se ha traspasado el límite de lo laboral, debemos salir un fin de semana y hablar mejor del tema. ¿Qué estamos haciendo? la plática ha cesado, sus manos empiezan a acariciarme y por algún motivo que aún desconozco, no hago intento de detenerlo, mi respiración se agita, nuestros labios se encuentran y en un desenfreno de pasión hemos descubierto que nos complementamos muy bien hasta en la cama.
La relación continuó, nacieron planes, un posible futuro de estar juntos. La ilusión me invadió por completo, él me habla de amor, hogar, hijos; nadie lo entiende como yo, y sin importar nada más, me entrego completamente decidida a que esto funcione, pero … algo no anda bien, no puedo dejar una sola evidencia de que estuve con él, mucho menos llamarle, debo esperar a que él lo haga; no comprendo, está poniendo punto final a su relación y yo debo estar oculta? Fue entonces cuando comprendí que mi hermoso varón había entrado en razón y debía poner renunciar a lo que teníamos; nunca fui la elegida, sólo quería ganar tiempo. Con el corazón en pedazos y escombros de ilusiones me alejo y le permito hacer lo correcto porque le amo y deseo lo mejor para él y su bebé .
Y así pasan diez años; teniendo el mismo perfil profesional en cualquier momento podíamos coincidir; y fue ahí cuando el destino nos juega una mala pasada y nos pone frente a frente.
«No siento nada ya»- pensé en mis adentros-sin embargo, el busca mi presencia y adivinen?; unos minutos de conversación bastaron para darme cuenta que la llama nunca se apagó, sólo se arrinconó en lo más profundo de mi ser , y escucho decir de aquella boca: «Te he extrañado todo este tiempo, no he encontrado otra igual». y aunque esta vez sé que no es cierto, no puedo evitar la emoción que tengo dentro y acepto que sigamos viéndonos, pero esta vez decido no confundir sueño y realidad.
Sin embargo, a esta edad, ya no puedo ni quiero seguir perdiendo mi tiempo; y reacciono en una pregunta muy simple :» ¿Qué me ofreces mi amor? «
Respuesta: «amor, cariño, comprensión y pasión; pero sin compromiso, serás mi mujer también; pero mi obligación es con mi primera familia «
Y entonces, supe que una mujer tan luchadora, elegante, capaz de aportar soluciones a los problemas del hogar, así como también el mejor sexo; no merecía estar en el anonimato, ni ser la sombra de nadie.
Tuve que rechazar esa propuesta sin fundamento, ni futuro, ni raíz mucho menos con una sola pizca de amor y estima.
Hoy en día sigo adelante, y sé que la única persona que puede darte valor, eres tú misma, de lo contrario, nadie lo hará.

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