¿Cuál es la realidad de la educación terciaria?

¿Cuál es la realidad de la educación terciaria?

Camilo Polo

11/12/2017

REALIDAD DE LA EDUCACION TERCIARIA

Por: Camilo Andrés Polo Herázo

Tener una sociedad más autónoma y consiente de los problemas que la aquejan es una meta que todos los gobiernos deben plantearse cada vez que sean visibles la degradación humana, un país como el nuestro afronta un importante periodo histórico para toda la juventud en especial, además la época de la globalización hace de la información un elemento clave que permite interpretar los acontecimientos de mejor manera, por ello las grandes reformas sociales no pueden esperar si pretendemos que la mayoría de los ciudadanos tenga una vida más digna, y no hay mejor opción que invertir en la educación. Es la educación la que permite que todas las personas con distintas capacidades desarrollen todo su talento para beneficio propio y de la comunidad.

Lo anterior es un trabajo que no se puede arreglar a corto plazo, pero si se pueden hacer políticas que giren en torno a la reivindicación del papel de las instituciones educativas como el recinto donde el saber es verbo vivo, el cual es enriquecido por la orientación del docente y las participaciones de los estudiantes, pero es un error por ejemplo que un alcalde, tal vez bien intencionado se le ocurra la idea de modificar el horario escolar y atribuirse la autoridad de decirles a los educadores de no dejarles tareas para la casa, desconociendo la realidad del sistema educativo colombiano. Para que los resultados sean positivos y sea reflejo en la sociedad se debe estudiar en primera instancia el sistema de financiamiento de la educación. La Constitución Política (CP) de 1991 en su artículo 67 dio la prioridad a la educación como un servicio público fundamental para el estado y el otro artículo que habla específicamente de la financiación es el articulo 356 en la que se crea el Sistema General de Participaciones dando prioridad al sistema de salud y a la educación prescolar, primaria, secundaria y media.

Lastimosamente lo que la CP hizo con la mano, ha ido borrándolo o desarmando con el codo, esta constitución aunque humanista pero neoliberal ha hecho de la educación un sector bastante llamativo para los gobernantes de turno, porque para ellos la financiación de la educación es muy costosa, por esta razón se elaboró el acto legislativo 01 de 2001 que modificó el artículo 356 en la manera de transferir recursos determinado por el número de estudiantes inscritos y zonas de difícil acceso, en resumen limitaron la financiación a un presupuesto en el mejor de los casos modesto, por eso la tarea pendiente para el gobierno entrante es seguir con los avances en la educación primaria y secundaria pero dar soluciones pertinentes a la educación terciaria.

Según Jairo cárdenas en su artículo “Cobertura y calidad, el gran reto de las universidades” nos habla de que las universidades han adelantado proyectos de descentralización para llegar a más jóvenes interesados en estudiar en ellas, además dice que la cobertura de la educación terciaria es del 40%, también otro dato para análisis es que Colombia concentra su oferta en las grandes capitales, especialmente Bogotá y Medellín con el 50%, este hecho de la centralización del saber en las ciudades desfavorece a los estudiantes que tienen que trasladarse a ellas y en consecuencia tienen muchos más gastos para mantenerse en la universidad.

La financiación de la educación terciaria es un rubro importante en los países con altos estándares de calidad, en el caso de América Latina los gobiernos han hecho adelantos en el aspecto investigativo y en la reestructuración de Pensum acordes a los retos de hoy, todo esto junto a una inversión significante para tener resultados en la población en el ámbito de equidad social, mayor sensación de bienestar y vida digna. Es reprochable que el próximo gobierno implemente políticas que vayan en detrimento de que la educación sea el motor que movilice a la mayoría de la población a alcanzar las mismas oportunidades en el ámbito económico, social, político y salarial.

Ahora miremos las cifras, según el Ministerio de Educación Nacional (MEN) habla de que hay actualmente 600.000 estudiantes universitarios, cada uno de ellos le cuesta al estado 5 millones de pesos, los intentos por parte del gobierno Santos por mejorar el sector se fundamenta en el incremento del 5,8% de la cifra del año anterior, para 2018 el sector educativo representará el 15,9% del Presupuesto General de la Nación que serán 37,4 Billones de pesos, hay que resaltar que este incremento se debe a los efectos financieros que ha tenido en la cartera nacional su programa estrella para la educación terciaria: Ser Pilo Paga.

En su esencia el programa Ser Pilo Paga (SPP) tiene su idea bien intencionada, pero tiene muchas cosas por mejorar en este caso solo me limitare al aspecto financiero, un estudiante en universidad privada le costaría aproximadamente unos 20 millones de pesos, esta es una cifra bastante grande para una economía que está en receso. ¿Qué hacer? Hay que reestructurar la política de este programa, comenzando por que las universidades publicas sean capaces de competir equitativamente en infraestructura, planta docente y calidad educativa con las universidades privadas que tienen la capacidad económica para fortalecer estos ámbitos y dejar rezagada a la educación pública. Como jóvenes debemos estar atentos a no llegar a lo que está pasando en chile, en la que la mayoría de la educación universitaria es privada y sabemos que la mayoría de la población no puede costearse este tipo de matrículas.

La realidad es que ha habido una cantidad de manifestaciones estudiantiles para hacerle un llamado al gobierno y sacarle provecho a este programa, como primera meta hay que superar el 40% de cobertura de educación terciaria en el territorio nacional para hacer de las Universidades una posibilidad cercana a estudiantes que veían esta posibilidad lejana, segundo la construcción de más universidades públicas para hacer frente a la demanda de los miles de pilos que aspirarán y tercero que el programa SPP no sea solo la única bandera de la educación terciaria, sino un pilar más en el fortalecimiento del sector educativo, que priorice la educación pública para todos. Por ultimo así como dijo el pedagogo Michel DiPietro “la enseñanza depende del nivel de comprensión que el educador tiene de los procesos de aprendizaje”. Por eso el próximo gobierno si es capaz de entender las necesidades del sector educativo podremos dar un salto gigantesco en la mejora de la educación, de la mano de profesionales mejor capacitados, incentivar la investigación y mejores seres humanos.

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