Érase en su mirada

Érase en su mirada

Katty

16/05/2020

Katty

Los últimos minutos antes de ir a la escuela siempre tornaban a ser desesperados e incluso inestables, el reloj me ponía los nervios de punta, la voz de mi madre aún más. 

Hoy no sería la excepción.
El sabor de un delicioso almuerzo aún queda penetrado en mí, me reconforta la idea de volver de la escuela y probar nuevamente mi plato favorito. 

A mi madre le fascina cocinar.
-¡Ya es hora!- Grita mi madre
Estoy segura que ella está más nerviosa que yo. Me vuelvo a fijar del reloj y empiezo a correr a despedirme con un beso.
Durante el transcurso en caminata con el peso de una mochila sobre mi espalda doy en cuenta que éste día me espera demasiado trabajo y tareas por entregar.
He llevado dos años de secundaria entregando toda mi dedicación a los estudios, estoy a mitad de terminar mi tercer año y me siento tan asustada de reprobar alguna materia. Todos los años muy en el fondo de mí, me siento insegura y se que no debería estarlo.
Ya en la puerta de la escuela, con el rostro acalorado y agotado de ir tan de prisa, me paso de desapercibida con unos cuantos compañeros. Los observo y caigo en la conclusion, su rechazo.

Conservo siempre el mismo pensamiento; me da igual si me observan o no, no me afecta.
Estoy convencida intensamente de que importante son mis estudios y como éstos influirán en mi vida.
Llego a la fila de formación, con la postura indicada intentanto calmar mi agitación.
-¿De nuevo tarde y cansada?- Sonríe mi mejor amiga, me alegra su presencia. 

Es de estatura mediana, tiene los ojos redondos color gris, una sonrisa amable y está tras mío.

Giró hacia delante, procurando conservar orden. 

Son dos los auxiliares que se esfuerzan por observar con intensidad a todos los estudiantes
Suspiro y para mí tranquilidad todos nos echamos en dirección al aula.

Cuando de repente nuevamente como todos los días me toca lidiar con tanto desorden, supongo ser la única interesada en ello… 

-Hola Fernando- Saluda con un beso, está tan llena de vida -Nos vemos luego- De inmediato se despide levantando una mano juguetona. Es una estudiante, parece ser menor que él.

Siempre él… Pienso para mis adentros

Sólo a él le suceden cosas así, historias repetidas en un mismo lugar.

Tiene los ojos color café, una mirada tan agresiva e intensa, hoy lleva el cabello menos rizado que ayer, es muy alto a comparación de mí, siempre recibe su tiempo con una sonrisa y éso todos lo percatan.

-Es que a ti nadie se te pierde eh- Agrega su cómplice. Ivan. 

Parecen divertirse.

Los observo con delicadeza, distraída del resto.

-¿Que me ves?- Pregunta levantando la voz -¿Es que no me oyes?- Añade con una mirada abominable.

Está enfadado, Camino muy de prisa intentando escapar y odiando éste momento. Me ha gritado.

Doy trotes de susto y me echo a avanzar. 

Ojalá no estuviéramos en el mismo aula.

Me he apresurado tanto que ya estoy dentro.

Me está faltando el aire y cargada de nervios me desespero en sentarme.

Consigo encontrar de inmediato mi asiento, tomo de mi bolso el libro de la primera materia y finjo leer.

-Hey hey…- Reclama una voz conocida

Avergonzada giro y es Fernando, me ha atrapado por ignorarlo. Me resigno por dentro mientras consigo echarme de fortaleza para echarle respuestas.

Se está acercando a mi carpeta, lejos de la suya y de pronto ya está a un metro de mí.

-¿Es que no me oías?-Pregunta con seguridad -¿Te has tragado las palabras?- Añade

Se apresura a continuar con la voz gruesa y con su mirada agresiva.

-No, pero tu si te has tragado el respeto- Respondo imitando tener la voz áspera

Estoy completamente segura que he dañado una parte de su ego, no deja de verme y es tan aterrador esa mirada. Esperaba éso.

-¿Qué has dicho?- Logra hablar, pero mi subconsciente me aclara no continuar con ésta única plática que hemos tenido hasta éste momento.

Toda la secundaria no hemos sido amigos, llevamos ocupando un mismo aula, mismos maestros, mismos horarios y una distante coincidencia.

Con la respiración agitada decido ser amistosa.

-Puedes regresar a tu asiento, pero antes… perdona, hace un momento no quise verte-Respondo

-Ah…-

-Perdón, mientras platicabas con Ivan, yo no quise observarlos , bueno este… perdona- Me corrijo con precisión

Se me da demasiado bien olvidar situaciones incómodas y apesadumbrados.

Me observa y después de varios minutos aquí se retira con una sonrisa boba

Vaya!, se ha ido…

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS