Castillo de cristal

Exhalo, un ennegrecido vapor que estuvo dentro de mi demasiado tiempo es expulsado al mismo tiempo que las cargas que me oprimen, ese pútrido miasma se dispersa en el viento, la brisa lo disuelve y limpia.

Inhalo, un fresco suspiro de vida entra en mi, purifica y reanima a mis jóvenes pero ya cansados pulmones, una liviandad los invade, extrañaban poder respirar abriendo en su máxima capacidad mi pecho, las cadenas que lo restringían desaparecen.

Libertad, que extraño sentimiento ¿Pero libre para que? Libre de poder dar otro paso, de poder enfrentarme a nuevos desafíos camino a la interminable búsqueda de la realización.

Toda los pasos de este camino irán seguramente acompañadas de una tribulación, situación que si logramos superar traerá cosechas inesperadas.

Lo significativo no es ver cuan rápido llegar a la meta, sino cuan firmes serán nuestros pasos, todos sabemos que sin una base firme hasta el mas impenetrable castillo se derrumbaría.

Lo mismo ocurre con nosotros, sin una mente estable, cualquier inconveniente nos reduciría a un estado patético, pero estamos dispuestos a templarla y deshacernos de nuestros propios demonios?