¿Qué puedo escribir de ti?

¿Qué puedo cantar?

¿Qué composiciones pueden salir de mí?

Agobiada entre tantas preguntas sin contestar.

Ah…

¿Qué sonatas sobre ti puedo interpretar?

¿Qué poesía viva sobre ti no ha de existir?

¿Qué hacer si no te puedo dejar de mirar?

En mi pecho algo se siente, el frío se va de aquí.

Ah…

Ah… La vida me llena de tanta poesía, adiós a los desvaríos mentales, a los lagos eternos donde mi mente reposaba, a la obscuridad que llegaba hacia mis ojos, mis manos cansadas escriben…

Pero hay algo que mi mente caótica no puede dejar de procesar, tu partida, oh amado mío, siendo la primera cosa que veía mi ser al despertar, aunque no te tuviera de frente siempre quise estar así, y ahora, que no estás, ya no sé a quién recurrir. Mi mente con todo el caos que tú provocaste de manera inconsciente quiere avanzar, pero el corazón con un fuerte apretón la detiene diciéndole que no debería seguir nada más, mis ojos se cierran, las palabras se esparcen; vuelan cual águila hacia su objetivo, pero es interrumpida por tu voz… mis oídos quieren seguirte, porque eres lo más bello que ellos han escuchado, desde que comencé a hacerlo claro.

Ah… La vida me llena de tantos sentimientos, adiós a la soledad que mi ser mantenía, a los mares de profunda tristeza en la poesía, al rincón donde el lápiz solía descansar, mi corazón ya no lo pude detener…

Ah.

-Kristel.

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