Cruzarás la calle y te partirá al medio un reflejo del sol radiante y el agua tibia de tu botella se sentirá suave, entristecerás de solo ser y dilatarás la soledad como inconfrontable, andarás así como máquina de las horas que te darán para vivir, presa de la desigualdad, la civilización deshumanizada te arrastrará en su crisis y te engañara con sus anhelos de libretad superficial, de complulsivismo crónico, abandonarlas toda práctica abusiva de vos misma y de los otros, mandarás volar las sombras de baño, los ruidos que no existen en la otra habitación, esos fantasmas te preguntarán por qué se vuelven tan reales si no lo son, y sonreirás solo de creer que no tenes derecho a ser, matarás el alma en las sienes y el hormigueo en la piel, quedarás con tu cuerpo que aloja algunos escombros que no fuiste capaz de juntar, sorprenderás con aliento a quien quiera vivir y darás todo para que los y las otras te quieran como son ellos y seguirás matando más allá del cuerpo a la tristeza, ese rayo de sol ya no te hará sentir calor, no temblarás en las noches de invierno, no sudarás amor ni quebrarás amistades, quedará más borrada tu imagen en la foto. Por suerte el sol no solo sale un día, levantás un día el mentón mojado de lágrimas viejas o desconocidas, limpiarás tú cara y poco el alma que no engaña, llenaras de a poco la botella, la cuidaras, y no en mucho tiempo serás la guardiana de los sueños que te trajeron al presente como pensando en un porvenir no tan vacío, liberarás vientos de éxtasis por al vida y la brisa de la tarde te dará la paz que necesites, vas a querer recoger tu pasado guardalo en un rinconcito y mirar que allí está también la de ahora, la de antes y será una luz semi apagada la que te vaya despertando y amarrando. Camino sobre esa línea que no conoce la locura y aplasta todo pensamiento positivo

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