Sabes…el ocaso se ha puesto placenteramente anaranjado mientras sostengo un pocillo con tinto caliente…observo con la serenidad descubierta después de la inocente locura infantil, luego de la incertidumbre juvenil y finalmente al fin de la angustiosa adultez

Adriana…puedo decirte con la seguridad de los pies que aún me sostienen, el camino no será fácil, te perderás infinidad de veces, lloraras mientras sigues, quizá la sonrisa se trasforme, pero también tengo la certeza que aprenderás a disfrutar profundamente las cosas simples

Tu pecho coqueto palpitará trémulo al encontrar el amor en aquella seductora mirada femenina, lograras disimular la atracción que te causa una estampa varonil, y tu cuerpo libidinoso ha de expresarse en esas noches ardientes

Pasaras en soledad algunos diciembres y probablemente muchos de los otros meses, solo serán oportunidades perfectas para aprender a quererte, para amar cada momento que pasas con ese ser que te acompañará toda la vida y conoce todos tus rincones

Estoy aquí sentada haciendo lo que me encanta…recordándote cada momento pasado, admirando tu viaje, esperando que llegues…ya no temo el futuro, descubrí que debía dejar de correr…finalmente contigo llegaría a la misma parte.

No te compares con lo externo, vivir plenamente es fluir, dejar ir…

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